





Un templo antiguo, con imágenes antiguas, que procede a su vez de un edifico anterior: Porque todo procede de algo que le precede, dedicado también a un santo antiguo, san Martín, el oficial romano convertido al cristianismo. Es una iglesia enorme, en pleno centro de la ciudad, con una torre impresionante, rodeada a su vez de otras torres, procedente del siglo XI o XII, recién asentada la reconquista de la zona. Antes del año 1117, primer registro escrito de la iglesia de San Martín, todo es oscuridad. Nada se sabe de lo ocurrido entre 711 y 1117, casi su fecha inversa, aunque no es difícil suponerlo. En una ciudad de piedra, de todos los tipos, formas y etapas, la presencia del «ladrillo rojo» dice mucho, y es que los materiales se reutilizan mucho.
Sorprende el enorme tamaño de estas iglesias, incluso su numerosidad, en un lugar que no ha estado demasiado poblado nunca, incluso ahora sigue siendo una de las ciudades menos pobladas de España. La enormidad de estas torres de las iglesias urbanas, como la de san Esteban, un poco más abajo, sorprende todavía, aunque también es de piedra. La más gigantesca de todas es la de la catedral de Santa María, pero es de piedra y no de ladrillos. Todas estas torres están adscritas al estilo mudéjar y en el espacio urbano del siglo XII y posteriores, tendrían comunicación visual entre ellas. La frontera entre la Hispania cristiana y la musulmana desapareció de la provincia de Segovia a partir del año 1100.
Santos e imágenes
Ya no estamos acostumbrados a estos estos espacios tan grandes y sobrecogedores. Hay imágenes y santos que ya están fuera de culto y esperan pacientes y sin funciones, en la zona del museo. Cada época de la reconquista, o del avance de los reinos cristianos hacia el sur, tiene sus nombres preferidos en el santoral (Martín, Santiago, Miguel, Esteban). Muchas poblaciones hasta la línea del Tajo llevan el nombre de este santo, el patrono de los soldados, y de algunas labores del campo.
Son muchas tardes pasadas en esa galería porticada de la iglesia de San Martín, junto a la plaza de Juan Bravo y sobre la misma calle Real. Todo ha cambiado en estos 10 siglos de esta iglesias: costumbres, creencias y hasta el propio santoral. Los de aquel tiempo no creían lo mismo que nosotros, ni miraban y rezaban a las mismas imágenes. Con algunas de ellas ya hemos perdido la comunicación.