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Hay lugares que todavía ofrecen cobijo frente al vendaval. El temporal azota de modo inmisericorde, y parece renovar sus fuerzas. La gente está confundida, porque cada día parece ser peor que el anterior. Da miedo hablar de ello, porque enseguida acuden para acabar con cualquier refugio que encontremos. Me ha pasado más de una vez. Hay espíritus limpios pero también hay almas oscuras.Todos saben donde se encuentra, pero es mejor no alertar sobre su emplazamiento. Los lobos acechan por cualquier lado. Es un túnel, pero la salida sigue muy lejos, no está a la vista.
La velas no deben llamar la atención, aunque estén encendidas. La pequeña llama proporciona calor, el olor caliente de la cera activa los sentidos. La luz tenue de la vela orienta lo suficiente. Ante la proximidad del invierno no se debe salir a campo abierto, ni internarse en el bosque demasiado. Hay que observar, mantenerse en silencio. Veo acudir a la gente a este lugar, cada vez veo a gente nueva. Antes veía solo mujeres, jóvenes, de mediana edad y sobre todo mayores. En los últimos tiempos veo también hombres, de diferentes tramos de edad. Nadie habla, las personas se saludan. Nadie pregunta, pero se establece una especie de código de fraternidad. Nadie va a la misma hora, todo cambian según el momento en que se produzca la visita. No es lo mismo la tarde que la mañana, un día soleado que lluvioso. No da igual la luz que la penumbra.
Quizá sean 10, 15 minutos de tranquilidad, de sosiego. No se oye ruido alguno. Hay poca gente. Durante ese tiempo no se piensa en nada, pero se ve más claro. No sirve cualquier lugar. No tiene porqué ser una iglesia. No se tiene porqué ser un creyente. Hay un tipo de Fe que no sirve. Lo que sirve para uno no puede ser adecuado para otro. El invierno va a ser frío. Hay que esconderse más. No ser advertido por nadie. Luego hay que volver fuera y seguir. Pero una vez fuera, se sabe que allí, en un lugar escondido, una llama sigue ardiendo, velando por nuestras intenciones. Nuestras oraciones están dirigidas hacia algún lugar, que brilla en lo oscuro.