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diócesis de almería, Diego Ventaja Millán, martes santo, monseñor Gómez Cantero, penitencia, relicario, rezos, rosario, San Indalecio




A las 19 h 00, dirigido por una mujer, un pequeño grupo de mujeres y hombres inician el rezo del rosario en la catedral de Almería. Es media hora de desconexion con el mundo exterior, aunque turistas y curiosos deambulen por los alrededores. No llegan a molestar porque están en otro plano de realidad.
El ritmo y la cadencia del rosario y su misterio diario aislan del mundo y detienen el cerebro. Si se está concentrado, se llega a perder la cuenta del número de oración que corresponde. Solo la voz de la persona que lo dirige te indica el número del misterio, 5 por día, con 5 Padresnuestros seguidos de sus correspondientes Avemarias (10) y del Gloria Patri.
No importa nada más durante ese corto periodo que puede parecer largo. Justo al lado, en la calle, la gente empezaba a llenar el recorrido de la próxima procesión frente a la catedral. Dentro solo el pequeño grupo del rosario y algo más, durante la misa que oficiaba el obispo de la diócesis de Almería, monseñor Gómez Cantero.
Es martes santo, día de penitencia antes de la Semana Santa. Es preciso poner en orden y paz al espíritu, para poder compartir los sacramentos de la Pascua cristiana. Es ese perdón, o esa disposición constante al mismo, lo que distingue a la religión católica, según decía el obispo almeriense, en los comentarios al evangelio del día, en el que se relataba la traición de Judas, siempre presente en la vida de cualquiera. Hay otra cosas más, no menos importante, y es que hombres y mujeres comparten el mismo espacio físico en el templo, y también viven el mismo momento, sin distinciones. Bajo el altar, en un relicario bellamente iluminado, están las reliquias de los obispos mártires de Almería Diego Ventaja Millán, y el santo fundador de la diócesis almeriense San Indalecio.