Custodia, iglesia del SagrarioVirgen Inmaculada Detalle de la Custodia Cristo de Medinaceli
La Adoración Nocturna
La Adoración Nocturna es un tipo de culto ideado por Luis de Trelles y Noguerol en 1877. Consiste en velar el cuerpo de Cristo, consagrado en su Custodia, las 24 horas del día durante los 365 días del año. No es un culto fácil porque no puede haber un solo hueco en el día, ni en el mes, ni en el año. En el culto de adoración nocturna no hay días festivos ni horas de descanso. Los relevo deben sucederse con rigurosidad.
Granada vivió el dominio musulmán de principio a fin, desde el 711 hasta 1492. Sólo Málaga y Almería descontaron apenas unos años a la impresionante cifra de los siglos. Esto ha marcado el carácter de esta ciudad. Es una ciudad muy cristiana, con gran cantidad de iglesias y monasterios. Las iglesias se ven llenas a la hora de las misas y de los rezos rituales como el del rosario. Granada es una ciudad del interior y muy recogida en su dentro urbano y en sus tradiciones. Recuerda mucho a la sobriedad de las ciudades castellanas.
La ciudad fue conquistada por los Reyes Católicos en la década final del siglo XV, y fue la escogida para el reposo definitivo y eterno del matrimonio regio. La Granada cristiana fue edificada en el Renacimiento, pero culminada en el Barroco, y esto se deja sentir en la ornamentación interna y externa de sus edificaciones y templos. Es una ciudad muy densa e intensa, colo el propio barroco. Transmite muchas sensaciones y quizá no se llega a comprender del todo. No es una ciudad sencilla. Hay mucho que entender y saber en cada manzana, en cada edificio.
Esa riqueza ornamental y de detalles arquitectónicos obliga a que sea necesario visitar cada iglwiaq8y templo cada vez que se tenga ocasión. La iglesia del Sagrario está ubicada en la misma catedral de Granada, una edificación que al igual que la de Málaga, tiene una sola torre. Se trata de una edificación enorme, pero al estar encajada dentro del intrincado urbanismo granadino, no se aprecia bien hasta que no se está frente a ella y aún así es difícil apreciar sus dimensiones, salvo en su interior. Una vez dentro queda muy evidente la magnificencia del edificio. Algo siempre te sorprende en esta ciudad.
Virgen del Carmen, Melilla Virgen de la Victoria, Sevilla Virgen de la Victoria, patrona de Melilla
Imagen y patronazgo de la Virgen de la Victoria
Enrique Delgado
Ningún experto ha sabido decir nunca de dónde procede la imagen de la Virgen de la Victoria, patrona de Melilla, y si ésta es la misma imagen desde que se tiene constancia histórica. ¿Cuál es su origen? El único críptico dato que tenemos es que se trata de una talla del siglo XVI de la escuela levantina, o de la escuela granadina de Rojas, según Bravo Nieto. Se trata de una imagen de una pieza, con la Virgen sentada sobre su trono. No hay más referencias y los datos no son comprobables. Si embargo hay otra imagen, la conocida como del Carmen, de la que se afirma que fue donada por Felipe IV, pero sobre cuya autoría y procedencia tampoco hay información. Sin embargo, sí podría ser también del siglo XVI y pertenecer a la escuela sevillana.
Lo que si parece indudable es que la advocación de La Victoria acompaña o es creación de los frailes Mínimos, que acompañaron a los Reyes Católicos en la campaña de conquista sobre el Reino Nazarí de Granada (1482-1492). Era también una orden contemporánea a los hechos, pues su fundador Francisco de Paula vivió entre 1416 y 1506.
En el número 1 de la revista Trápana de la Asociación de Estudios Melillenses de enero de 1987, hay dos interesantes artículos, uno de Antonio Bravo Nieto y otro de José Luis Blasco, sobre los orígenes de la presencia religiosa en Melilla y la edificación del templo patronal melillense. ¿Qué imágenes y frailes trajeron consigo? No lo sabemos. Cada orden religiosa tiene su iconografía propia, como menciona Bravo Nieto, y también sus filias y sus fobias. Todo está claro en cuanto al patronazgo de la Victoria, y que esta imagen y devoción vino de la mano de la Orden Mínima, como en muchas otras localidades de la fase final de la conquista del Reino Nazarí. Esta advocación no tiene nada que ver con la homónima, surgida tras la batalla de Lepanto en 1571.
La primera imagen de la Virgen de la Victoria es la de Málaga y está indisolublemente asociada a los frailes mínimos que acompañaban al ejército de los Reyes Católicos en la conquista de Málaga en 1487. Recibieron una bula para erigir un santuario tras la conquista y hoy, tanto el mismo santuario, como el barrio, como la propia imagen titular, tienen el mismo nombre.
La virgen del Carmen que parece de la Victoria
En la Real parroquia de Santa Ana del barrio de Triana en Sevilla, existe una talla de la Victoria que guarda un extraordinario parecido con la imagen de la virgen del Carmen de Melilla, donada por Felipe IV, según dice un antiguo díptico informativo de la iglesia de la Purísima.
La Nao Victoria de la expedición de Magallanes y Elcano fue bautizada así en honor de la Virgen de la Victoria, cuya imagen se veneraba en un templo hoy desaparecido en Sevilla, perteneciente a los frailes Mínimos, el de Nuestra Señora de la Victoria o Santa María la antigua, La imagen pertenece a la escuela sevillana y es de principios del siglo XV. En el artículo referenciado, Bravo Nieto insinúa que la imagen podría ser de «una etapa anterior» a la de su donación a Melilla. Nos atreveríamos a decir que es coetánea o incluso más antigua que la imagen de la Patrona . El parecido con la imagen venerada en Sevilla, bajo la advocación de la Victoria es sorprendente. La talla melillense es muy delicada en su factura, e incluso bella, en términos artísticos. Es también una imagen de gran tamaño, y muy hierática, alejada de la expresividad barroca. Es una tipología conocida como maiestas, como la virgen en pose de majestad, con el niño sobre su regazo y en actitud de bendición. Las manos están claramente preparadas para sostener báculos u otros signos de poder.
Según refieren todos los estudiosos del tema, los frailes capuchinos llegaron a la ciudad en 1663, cuando la Virgen de la Victoria estaba todavía en su ermita extramuros, en localización no identificada todavía. Los capuchinos estaba muy obsesionados con la Inmaculada, de la que son devotos. Tanto, que conseguirán que el principal templo melillense, tras arruinarse definitivamente la iglesia de San Miguel se dedique a la Purísima Concepción y no a la Victoria, considerada de facto como protectora de la ciudad por el pueblo, la guarnición y las autoridades. La imagen de la Victoria estuvo en su propia ermita hasta 1741, fecha en la que fue trasladada hasta el templo principal y único de la ciudad vieja.
Habrían de pasar 15 años más, 1756, para que la población y la guarnición unidas, proclamase por un decreto militar , que no eclesiástico, a la Victoria como Patrona de la ciudad. Mientras tanto, el gobernador Villalba y Angulo encerró a los frailes en la iglesia, hasta que no ratificasen el nombramiento. Los franciscanos fueron siempre muy exigentes, no solo afirmaban la pobreza de Cristo y la suya propia, sino que además querían que incluso La Iglesia fuese pobre. La exigencia de la pobreza universal fue tan firme, que estuvieron a punto de ser considerados como herejes. Cada subdivisión, capuchinos y mínimos, era más pobre que la precedente. Con los rigores medievales en la práctica religiosa acabó el Concilio Vaticano II.
¿Pudo existir otra patrona para Melilla? La respuesta es sí, e incluso pudo existir otra imagen distinta para la patrona actual, la Virgen de la Victoria.
Iglesia de San Pedro, Almería Imagen del Crucificado El busto de Limpias en San Pedro Nave principal y Altar de San Pedro
Ubicada sobre la plaza homónima, esta iglesia data de los años finales del siglo XVIII y está edificada con patrones neoclásicos. Ocupa la planta de anteriores edificios en la antigua ciudad, que quedaron asolados por los terremotos. Casi todas las iglesias de la capital almeriense fueron incendiadas durante la Guerra Civil española o sufrieron daños por los bombardeos de la marina italiana. Este es el motivo por el que la mayor parte de las imágenes y los exornos sagrados y de culto sean recientes, aunque no exentas de gran calidad artística. La imaginería posterior a 1940 tuvo autores muy notables.
La donación y la recuperacion de imágenes particulares guardadas en las casas, están llenando los templos de obras religiosas menores, de indudable belleza artística. La parroquia de San Pedro está poniendo en marcha un museo de arte sagrado, con piezas de gran valor religioso.
La devastación iconoclasta que sufrieron los templos melillenses entre 1975 y 1989, con la venta de pasos procesionales y desaparición de imágenes, tuvo a Almería como la principal receptora del patrimonio religioso enajenado en nuestra ciudad. Hasta la parroquia de San Pedro llegó en 1980 el manto de la Virgen de los Dolores de San Agustín del Real, y que hoy porta la imagen de la Dolorosa, una de las más representativas de esta iglesia. Ese bello manto, de un siglo de antigüedad, pudo ser localizado y fotografiado por el blog de El Alminar de Melilla en abril de 2012. Hace pues ya 10 años de ese redescubrimiento.
La vinculación con Melilla de esta parroquia, se reforzará con la donación del busto original del Cristo de Limpias, desaparecido del culto en San Agustín en 1989, respuesto en 2015 con la bendición del obispo de Málaga, y vuelto a desaparecer de su iglesia matriz en 2019, por una acción impía. El 28 de diciembre de 2022, día de los Santos Inocentes, el busto ha sido depositado en esta parroquia, para la veneración y culto de los fieles. Quizá ahora encuentre verdadero asiento y reposo y está sea la última piedra de su extraña y rocambolesca historia.
Cristo original, peana cuadrada. 2013Busto con peana redonda Busto reintroducido, 2019Imagen original, 1969Busto auténtico bendecido, 2015Recorte de prensa, 1988. Imagen original
El busto actualmente expuesto al culto en la iglesia de San Agustín del Real, es falso, o mejor dicho, no es el original desaparecido. No es ni siquiera el que bendijera, en ceremonia solemne, el obispo de la Diócesis monseñor Jesús Catalá Ibáñez, un 3 de noviembre de 2015. El requisito indispensable para identificarlo como el original, es que la peana o base fuese cuadrada, y el actual, introducido de modo subrepticio en el verano de 2019, la tiene redonda, con lo cual, no puede tratarse nunca del auténtico, desaparecido durante las obras de acontecimiento del templo, en 1988.
¡No está aquí al que buscáis, resucitó!
Tras más de 10 años de búsqueda y varias decenas de bustos revisados, apareció uno que, por el tamaño y antigüedad, pudiera ser el original, pero tenía la base redonda, con lo que quedaba descartado. Este apareció un día en el Rastro de Melilla, y se lo regalé a una familia melillense. Ese es el que está actualmente expuesto al culto en la iglesia, tras ser sacado el original bendecido en 2015, en una maniobra extraña, a la que luego pondremos su verdadero nombre, con la aquiescencia del párroco, Rafael López Cordero. A veces, monaguillos, colaboradores, las camarillas de iglesia, manejan más que los propios sacerdotes. Así pues, al que buscaban, buscábamos, ya no está allí, y ese sí era el original desaparecido, como vamos a demostrar.
La aparición del busto perdido
Las que saben y siempre han sabido todo, son las mujeres de Iglesia. Mujeres que caminan silenciosas, entre los manejos y enredos de los hombres. Y en esta iglesia del Real ha habido muchos, manejos y hombres. Fueron ellas quienes, en 1988, tras el barrido de imágenes realizado en la iglesia de San Agustín, sacaron a escondidas el busto, y lo pusieron lejos del alcance de Jesús Hurtado, entonces padre paúl, y párroco titular del templo. Corrieron todo tipo de historias, pero de todo solo es cierto, que un grupo lo buscaba para hacerlo desaparecer para siempre, y otro se confabulaba para protegerlo. Estuvo escondido en casas, y era cambiado de emplazamiento con frecuencia, para ocultarlo aún más. La feligresía del barrio protestó, recogió firmas y solicitó una audiencia con el entonces obispo de Málaga Ramón Buxarrais. Todo con nulo resultado, porque el afamado busto no apareció nunca. Se habló de tres nombres como últimos custodios (Pedro, Gregorio y Sebastián), pero ninguno de ellos era cierto, ni estuvo en contacto con el busto, en esos últimos instantes oscuros. Quienes lo custodiaron durante casi 30 años, fueron las mujeres.
Una de ellas, me abordó en la calle y me dijo: «Tú eres el que está buscando el busto, ven a mi casa mañana y te lo daré». Y así fue. para mi sorpresa tenía la base cuadrada. No existe otro en Melilla, ni en ninguna otra parte. Todos, grandes o pequeños, tienen la peana redonda. Esa era la originalidad del Cristo melillense, el muy milagroso Cristo del Real. Tras tener ambos bustos en mi casa durante tres años, hasta 2013, le entregué el busto de base cuadrada, al padre López Cordero, quien lo restauró, compró la urna, y organizó la ceremonia de reposición del culto, con el obispo diocesano, en 2015, tras 27 años de ausencia. El busto original, el bendecido, sufrió dos restauraciones, la primera en 1988 y la segunda en 2014.
Sacrilegio o acto de herejía
Por razones imposibles de comprender, los enemigos del Cristo melillenses siguen activos. Tanto que apenas cumplidos cuatro años de la reposición del «busto original», y del restablecimiento del culto, en una extraña tarde de septiembre de 2019, recibí otra llamada, que me alertaba sobre la necesidad de sacar de modo inmediato al busto original, de la iglesia. Un mes antes de marchar de la parroquia, el párroco López Cordero había cedido a la presión para extraer al original bendecido, e introducir el actual. También puede ser que el párroco, en pleno traslado, no controlase todos los movimientos que se estaban produciendo. Ahora las aguas están tranquilas, con el busto «falso» o sin bendecir, y la parroquia camina viento en popa, con el nuevo titular.
Retirar de una urna un busto bendecido por un obispo (2015), es un acto sacrílego. El odio o inquina contra las imágenes es un acto de herejía iconoclasta. El hecho de que ahora se pueda confirmar que el «busto» desaparecido era el original, se debe a la aparición de una fotografía de 1988, la única existente del original, que confirma y muestra claramente la similitud entre ambos, y la diferencia con el del cambiazo de 2019. ¿Por qué ha sucedido esto, por qué se ha hecho desaparecer dos veces la imagen de un busto de Cristo? Los autores de la fechoría no han explicado nada, ni la de 1988, ni la última.
El caso es que el busto bendecido, no volverá nunca a la iglesia de San Agustín, salvo que él mismo lo indique. La historia de este busto y culto no se acabará nunca de escribir y aunque no pueda afirmarse de modo racional, es el propio busto el que establece las reglas. En donde no quiere estar, no está. Ahora prefiere seguir oculto. Y lo que puede afirmarse con rotundidad, es que el actualmente expuesto en San Agustín, nada tiene que ver con el auténtico. La identificación del busto original ha sido posible tras la aparición de un antiguo recorte de prensa de 1988, que daba cuenta de la desaparición del busto, y del disgusto de los feligreses del barrio del Real. Ya no hay lugar para la duda.
Javier Arcos Quero Imágenes en el taller En restauración
Javier Arcos Quero, imaginero en Almería
Las imágenes de vírgenes y santos. abandonan las casas camino de iglesias, tiendas de antigüedades o de almacenes. Antaño poblaban las casas, e incluso se bendecían. Eran consideradas como protectoras de hogares y establecimientos. Es una clara herencia de los hogares romanos, en donde había figurillas de deidades por todos los rincones.
Cada vez hay menos imagineros, restauradores y conservadores de imágenes, salvo los vinculados a cofradías de Semana Santa. Uno de los últimos es Javier Arcos Quero, que ha pesar de haber sobrepasado la jubilación, sigue acudiendo cada día a su taller de la calle Lope de Vega de Almería, a pocos pasos de la catedral y colindante con la calle Beatriz de Silva.
Javier Arcos Quero es natural de la localidad almeriense de Balerma, pero antes de establecerse definitivamente en Almería capital, vivió unos años en Melilla, en la calle Sor Alegria. Muchas de las imágenes que todavía llegan a su taller, se quedan ya en él. Ya no trabaja, pero sigue restaurando imágenes como afición o por compromisos con alguna cofradía o hermandad. Tampoco quiere desvincularse de modo completo de lo que ha sido su vida y profesión.
En su taller, entre recortes de periódicos, imágenes deterioradas, herramientas para la madera, pasa algunos días a la semana, concitando la atención de turistas que van y vienen de la zona histórica de Almería, repleta de conventos y otros edificios monumentales.
El pulso lo mantiene firme, así como la agudeza visual. Trabaja y repara la madera de los ornamentos de pasos procesionales. También imágenes de estuco, pasta de papel y escayola. Los puntos más frágiles de las imágenes son las manos, la cabeza y la policromía. Todo tiene solución en su taller. El tiempo sigue pasando para el mundo de las imágenes.
La villa de Turégano se encuentra apenas a 30 kilómetros del río Duero, la marca alta del Califato de Córdoba. Los restos de las impresionantes torre califales así lo atestiguan. Desde la invasión musulmana de 711 hasta la ocupación definitiva cristiana de Simancas en 939, la zona al norte del Duero fue de hecho una tierra de nadie «el desierto del Duero». Son tres siglos en los que las tropas califales no tuvieron nada que les hiciera frente. No existe nada a lo que se pueda calificar como reconquista (de modo organizado y continuado), salvo ajustes del territorio, resistencia y alguna ocupación de territorio abandonado, como León ocupada por Ordoño I en 856. Alfonso III establecerá la frontera en el Duero a finales del siglo X.
Los Reinos cristianos del Norte solo empezaron a rebasar el Duero a partir del año 1031, con la caída del Califato, el desmembramiento de las Taifas, y la entrada masiva de los Almorávides en 1086, que derrotaron a Alfonso VI en Sagrajas (Badajoz) llamada también de Zalaca. Tras la conquista de Toledo en ese mismo año, la frontera quedó ya establecida en el río Tajo. Los musulmanes hispanos ya no volverían a rebasar ese límite natural. Lo que sí puede llamarse ya «reconquista», empieza a partir de 1086, con la conquista de Toledo, la antigua capital visigoda.
A partir de esa fecha, ya sí sería un «todo o nada». Con los almorávides y almohades empezaron la guerras de religión. Su visión y mundo ya no era el del Islam califal.
Cristo Pantócrator en Turégano
Turégano es una villa episcopal en origen, por eso su escudo tiene capelo y borlas laterales. Hasta Toledo, el centro religioso de los Reinos cristianos era Santiago, que desplazó a Oviedo, pero la recuperación de la capital visigoda cambió el centro religioso peninsular. En 1118, ya asegurado el territorio, el obispo de Toledo nombró consagró a un obispo en Segovia, que todavía no lo tenía en propiedad. En este época, 1123, los obispos eran clérigos y militares, tan diestros con la espada como con la cruz. En ese año, Pedro de Agén, fue nombrado como primer obispo de Segovia y recibió la villa de Turégano como propiedad, iniciando la construcción de un palacio o casa episcopal, dentro de los límites de la casi recién conquistada alcazaba califal. Allí se edificó la primera iglesia, dedicada a San Miguel, sobre los restos y con los materiales abandonados de la antigua fortaleza musulmana y sus dependencias militares. Todavía impresiona atravesar por el interior de los adarves, construidos hace un milenio.
Este año nos recibió el párroco de Santiago de Turégano Antonio Conde, muy versado en la historia de su iglesia, que cuenta con un ábside románico del siglo XIII, con su correspondientes figuras de piedra y policromía original. Las figuras de Santiago apóstol y el Cristo Pantócrator en su excelsa majestad, son equiparables artísticamente a las del pórtico de la Gloria en Santiago de Compostela.
El misterio insondable es cuando y porqué se tapó el claustro románico, con un retablo barroco. Fuese cual fuese el motivo, convirtieron el lugar en una cápsula de tiempo, que preservó las figuras de modo milagroso, hasta el año 1991, cuando al hacer una obras en la iglesia de Santiago, se redescubrió el lugar, tras varios siglos de olvido completo.
La presencia de una puerta dedicada a Santiago Apóstol, e incluso de una concha de peregrinación, indica que hubo una ruta de peregrinación hacia el Sur, cuando ya el proceso de la reconquista tomó cuerpo religioso e ideológico. Por esta iglesia de Santiago pudieron pasar el obispo Jiménez de Rada en su camino hacia las Navas de Tolosa en 1212, incluso el mismo rey Fernando III, en su ruta hacia la conquista de Córdoba, Sevilla y Jaén, que cerró para siempre la frontera en el Guadalquivir, y que selló el destino de la invasión musulmana, con la expulsión completa de los almohades.
Es el santuario de la Patrona del municipio de Vejer de la Frontera, de 268 km². Quizá sea uno de los lugares de culto ininterrumpido más antiguos de España. Su existencia aparece acreditada desde el siglo IV, y confirmada como basilica en 674, con reliquias de las santas Justa y Rufina, patronas de Sevilla.
La basílica existió como tal hasta la llegada de los almohades, muy intolerantes y fanatizados en el aspecto religioso. La ermita o templo fue abandonada en 1145 y no se reinició su reconstrucción hasta bien entrado el siglo XIV, cuando la región ya se consolidó como territorio bajo el dominio de los nuevos reinos cristianos. En 1481 ya aparece mencionada en un testamento, la existencia de una cofradía de la Virgen de la Oliva, que hoy es la Patrona de toda la comarca.
La virgen de la Oliva aparece por primera vez en la reconquista de Ejea de los Caballeros en 1105, asistiendo a Alfonso I el batallador. La rama de olivo como símbolo de paz y señal divina, aparece por primera vez tras el fin del diluvio universal.
Atravesó bien los temporales históricos de la Desamortización, la invasión francesa y la guerra civil. El retablo es el original del siglo XVIII y la imagen de la Virgen data de 1595, barroco sevillano, de la que es una de sus imágenes más hermosas. La imagen fue costeada por el presbítero Lorenzo Patiño, en los años finales del siglo XVI.
Como casi todas las vírgenes de España, su día grande es el 15 de agosto, cuando es llevada en procesión. El patrono del templo es El Divino Salvador, cuya fiesta litúrgica se celebra el día 6. A lo largo de todo el mes se celebra la novena de la Virgen de la Oliva y otras solemnidades que finalizan el 24 de agosto, día de San Bartolomé. El templo cuenta con indulgencias plenarias.
José Luis Blasco López: Miembro de Honor del Sindicato Nacional de Escritores Españoles, IV Protector del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Melilla
LA MILAGROSA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA, PATRONA CORONADA Y ALCALDESA HONORARIA PERPETUA DE LA CIUDAD Y PLAZA FUERTE DE MELILLA
En el 490 aniversario de su culto, 1531-2021
Al Muy Ilustre Señor Don Eduardo Resa Huerta, Vicario Episcopal Territorial y Arcipreste de la Ciudad de Melilla.
Párroco del Sagrado Corazón de Jesús y de la Purísima Concepción. Custodio de Ntra. Sra. De la Victoria
INTRODUCCIÓN
“En 1497 se ocupa la Ciudad de Melilla para la Corona de España. Los Franciscanos que llegan junto a la tropa que acompaña a D. Pedro de Estopiñán portan la imagen del Cristo de la Vera Cruz.” [Testimonio de la Srta. Mercedes Sánchez Ferrer, personaje perteneciente a una de las más antiguas familias de la ciudad]
Devoción muy extendida y propagada por la Orden Franciscana, cuya talla podemos admirar en la Capilla del Baptisterio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Melilla (actual Parroquia de la Purísima Concepción.)
LAS LEYENDAS
Hasta el día de hoy ningún historiador nos ha revelado dato alguno que haga referencia a la llegada de la imagen de Ntra. Sra. Sin embargo, durante mi permanencia en el extinto Convento de San Francisco de Asís de los Capuchinos de Andalucía, en la ciudad de Melilla, el año 1976, recreé una leyenda por la que conocemos una piadosa tradición, según la cual,la Virgen de la Victoria fue embarcada en Sanlúcar de Barrameda, y de allí salió camino de América después del Descubrimiento. Pero fue arrastrada hacia las costas de Melilla por un fuerte temporal, embarrancando en el Cabo de Trápana. Tras el naufragio, fue reembarcada de nuevo para proseguir su rumbo, momento en el que volvió la mirada a las murallas de la ciudad, entendiendo los que con Ella navegaban quería quedarse aquí. Desde aquella lejana fecha se la podría denominar como Nuestra Señora de Trápana. (Con anterioridad, nunca, nadie, había publicado nada igual.)
Existe otra leyenda. En ésta se denomina a Ntra. Patrona con el sugerente título de Ntra. Sra. del Mar de Alborán. Refiere su autor, don Luciano Tejedor Mata (Defensor del Patrimonio), cómo los Rusaditas habían creado una gran riqueza coralífera bajo las aguas del mar.
Asediada la Ciudad fueron destruidos todos los campos coralíferos; un fuerte movimiento sísmico dio origen a la erupción de un volcán, seguido de un tremendo maremoto motivo por el cual surgió la Isla de Alborán.
Cuenta la misma leyenda que pasados cinco años desde la total destrucción de los huertos coralíferos tuvo lugar un hecho milagroso y que el escenario sería en las proximidades de la isla de Alborán, en la que consiguieron salvarse milagrosamente más de trescientos remeros y ciento veinte buceadores, después de aquella terrible tempestad, atribuyéndole tal milagro a la poderosa intercesión de Ntra. Sra. del Mar de Alborán.
Se cuenta que para conmemorar aquel prodigio fue erigida una ermita en la actual Plaza de Armas… Hasta aquí la otra leyenda.
LAS ERMITAS
Sea como fuere, lo cierto es que los cristianos levantaron la primera iglesia en la Plaza de Armas y que en este lugar estuvo hasta el año 1550 dicha iglesia, y hasta 1741 la última de sus ermitas.
Es precisamente en esta Plaza, donde según los trabajos de investigación de Don Rafael Fernández de Castro y Pedrera, comienza a denominarse a la Patrona de Melilla con el título de Ntra. Sra. de las Victoria a partir del año 1531.
En el siglo XVI su ermita se denomina «Ntra. Sra. de la Victoria» y así permanece y se le nombra hasta que por estorbar a la defensa de la Plaza ha de derribarse y cambiarse de lugar en tres ocasiones.
En su tiempo fueron usadas como «Iglesia Parroquial» hasta la nueva construcción de la Iglesia de San Miguel Arcángel en el lugar que hoy ocupa la actual Iglesia de la Concepción.
Según Juan Antonio de Estrada, corría el año 1631 cuando «entraron varios moros (sic) en su ermita con el fin de hacerse con la imagen y no pudiendo moverla le cortaron los tres dedos para sacarle las joyas, llevándose las coronas y alhajas.” (Sin embargo, a pesar de lo afirmado por Estrada, en la restauración de la imagen, el año 1996, no aparecieron signos de violencia en dicha talla; y los dedos rotos se corresponden a la manipulación constante, a lo largo de los siglos, para colocar el Cetro en sus manos.)
En esta Plaza de Armas permanecería la imagen de la Virgen hasta el año 1720 en que fue trasladada de forma provisional a la Iglesia de la Concepción mientras se construía su tercera ermita.
Para trasladar la imagen de la Patrona desde su segunda ermita a la Iglesia de la Concepción formó toda la Guarnición, cubriendo la carrera, y se cerraron las Puertas del Campo (llamada en algunos documentos Puerta de la Victoria.)
Se celebró un solemne oficio litúrgico con Exposición del Santísimo.
Hacia 1741 se derriba la tercera ermita y es trasladada definitivamente a la Iglesia de la Concepción, al camarín del altar y retablo de La Soledad, lugar en el que permanece de forma provisional hasta la construcción, en el año 1751, de su propio camarín; levantado sobre la cabecera de la Capilla Mayor, que fue dedicada a Todos los Santos en el año 1682 por el Gobernador don Diego Toscano de Britto.
Desde 1741 pues, la imagen de Nuestra Señora de la Victoria permanece ininterrumpidamente en la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, primero en el altar y camarín de la Cofradía de la Soledad, pasando posteriormente al Camarín construido expresamente en la cabecera de la Capilla Mayor, como auténtica capilla absidal, todo ello en el año 1751. Hace ahora 270 años.
LOS ELOGIOS DE ESTRADA
En 1746 el Pagador de la Ciudad D. Juan Antonio de Estrada escribía su obra titulada «Población General de España» y la dedicaba a «María Santísima de la Victoria que se venera en la Ciudad de Melilla». No dudaba Estrada en dedicarle bellos elogios y así, de esta forma, escribe refiriéndose a Ella:
«A la Serenísima Madre del Verbo Encarnado, Dios, y Hombre Verdadero, Reyna de Ángeles, y Hombres María Santíssima Señora Nuestra, en su bella, y milagrosa imagen de la Victoria, venerada por Patrona en la Ciudad, Plaza, y Presidio de Melilla.” (Sic.)
Luego a lo largo de varias páginas le dedicará nuevos elogios, declarándose al final como: «Vuestro rendido esclavo»
No es de extrañar el lenguaje de Estrada, el mismo o parecido es el que se usará en el año 1756 cuando la Guarnición y la Población de la Plaza inician unos «Autos sobre la Ratificación del Patronazgo a la Virgen de la Victoria».
Para la información de estos «Autos» se sirvieron del Archivo de la Iglesia de la Concepción, concretamente del Archivo de la Hermandad de Nuestra Señora de la Victoria, donde de forma cronológica, sus hermanos fueron recogiendo toda la historia de dicha imagen.
Así, gracias a ellos sabemos que…
«Anualmente en la festividad de Todos los Santos se celebre una función a nuestra Santísima Patrona en conmemoración y gracias de la preservación del terremoto, en cuyo día se ratifique este VOTO pidiendo igualmente por las felicidades de la Monarquía… para que sirva a los futuros siglos de conservación inviolable el TITULO DE PATRONA…»
(Hace referencia al Gran terremoto de Lisboa, de fecha 1 de noviembre 1755 y posterior maremoto, cuyas olas de más de 30 metros de altura llegaron a Melilla)
Continúa el documento describiendo:
«Las obligaciones del reconocimiento por las piedades recibidas de María Santísima de la Victoria, cuyo nombre de Patrona, tiene radicalmente establecido, así la inmemorialidad, como por la REAL APROBACIÓN en la parte que la nomina la Real Orden o Decreto de conservación de la Ración que el Rey le tiene señalada para su culto…»
Pero todavía se afirma mucho…
«… más al confesar el agradecimiento manifestado en todas las obras los amores que todo el vecindario tiene a este Divino Simulacro, y pocos como yo podían asegurarlo con tan sólido fundamento, como acaban de ver sus magnánimos corazones dedicados al culto reverente de un SOLEMNE NOVENARIO en hacimiento de gracias franqueándome de sus cortos caudales cuando fuere preciso a satisfacer los gastos de tener expuesto alSeñor Sacramentado por mañana y tarde todos los nueve días, procesión de rogativa el primero, y de gracias con sermón el último, que para la cortedad de este recinto se prueba bien que obras son amores.»
LA MILAGROSA IMAGEN
Todo el siglo XVIII y siguientes serán testigos del amor del Pueblo de Melilla hacia la Virgen de la Victoria.
Sería imposible seguir relatando minuciosamente todos y cada uno de los acontecimientos históricos relacionados con esta milagrosa imagen ya que la extensión y lujo de detalles con que son descritos necesitarían mayor espacio.
Así, el pueblo reconoce que la Virgen de la Victoria está presente en hambres, vientos, terremotos, temporales, tempestades, naufragios, epidemias, calamidades y un largo etcétera.
También en los SITIOS a los que fue sometida la Plaza por los distintos Sultanes de Marruecos.
De ello queda constancia escrita… «para conocimiento de las generaciones».
No podemos silenciar la consignación que hace referencia al temblor de tierra del año 1660.
Dice así:
«En cinco de agosto de 1660, día en que se celebra la festividad de Nuestra Señora de las Nieves, a las seis de la tarde, se sintió un temblor de tierra tan dilatado y cruel, que atemorizó a la gente, viéndose las murallas separadas del Terraplén más de una Vara, dando vaivenes a una parte y a otra los edificios, desmoronándose algunos, y del todo los alojamientos, abierta la Torre Quemada, que guarda las Puertas Principales, hundido medio puente y absolutamente abiertos otros muchos, que después se cayeron totalmente con las lluvias, y quedó esta Plaza con muy poca oninguna seguridad por lo respectivo a murallas, fuertes y demás edificios, por cuyo motivo parece que esta Guarnición VOTÓ una fiesta anualmente en el propio día de Nuestra Señora de las Nieves, y se continúa de presente habiendo señalado el Gobernador, Veedor y Oficiales de Estado Mayor, y Compañías de Dotación la limosna que por razón de sus empleos debe dar, en una Junta General que celebraron el día cinco de agosto de 1721… «PARA QUE POR NINGUN PRETEXTO DESAPAREZCA ESTE VOTO».
JOSÉ LÓPEZ DE LA MOTA
También su Hermano Mayor don José López de la Mota nos dirá en 1746:
«CONOZCO CLARAMENTE QUE EL DEVOTO FERVOR DE ESTE VECINDARIO ES UNA VIVA LLAMA QUE PERENNEMENTE ARDE EN SUS SAGRADAS ALMAS y deseosos de comunicar este fuego a sus hijos, nietos y descendientes… a fin de que resulte a mayor honra y gloria a María Santísima de la Victoria, Patrona que sea eternamente alabada y venerada.»
A lo largo de estas líneas hemos podido comprobar cómo desde el primer instante de la presencia de la Virgen en nuestra ciudad hasta el día de hoy, la imagen ha estado y sigue estando íntimamente ligada a la Población y a la Guarnición.
CORONACIÓN CANÓNICA
Innumerables son los acontecimientos relacionados con el continuo peregrinar de esta imagen por la Ciudad. Ninguno ganó en belleza y devoción a los actos celebrados con motivo de su Coronación Canónica de 1948. Desde el día 3 de febrero de 1756 día de la Ratificación del Patronazgo que poseía desde tiempo inmemorial, los melillenses no habían contemplado ningún acto de exaltación mariana de mayor trascendencia en la historia de la devoción a nuestra Patrona.
Hecho grandioso que pasó a los anales de la historia de esta ciudad y del que tomó buena nota y dio cumplida información el diario melillense «El Telegrama del Rif» durante todo el desarrollo de dichos actos. A plena portada y cinco columnas, en su edición el 13 de junio de 1948 proclamaba:
«HOY SERA CORONADA LA VIRGEN DE LA VICTORIA Y PROCLAMADA REINA POR EL PUEBLO QUE LA VENERA».
Anteriormente se habían llevado a cabo Misiones Populares y Ejercicios Espirituales en los que participaron afamados predicadores de las Provincias Capuchinas de España. Alguno de ellos se desplazó de Navarra, caso del padre Capuchino Fray Felipe de Barañaín.
La imagen de la Virgen fue llevada a todas y cada una de las Parroquias de Melilla sin olvidar los Hospitales y la Gota de Leche. Se repartieron grandes sumas de dinero y comidas a los pobres, se celebró un solemne triduo en su santuario, organizándose una grandiosa peregrinación al mismo.
Salió la Imagen hacia la Parroquia del Sagrado Corazón, desde allí fue llevada a la de la Medalla Milagrosa, luego a la «Gota de Leche» y desde allí al Hospital Militar Pagés, a las puertas de cuyo establecimiento fue recibida por las heroicas Hijas de la Caridad y enfermos acogidos en dichos centros hospitalarios, donde después de ser introducida en la Capilla de Cristo Rey sería trasladada a la Parroquia de San Agustín. Desde San Agustín acompañaron a Nuestra Señora los Padres Paúles hasta los límites parroquiales, haciéndose cargo de la imagen los marineros de la Compañía de Mar para devolverla a su Santuario introduciéndola en su Camarín. Se cuentan por miles los melillenses que se agolparon a su paso. Visitas éstas que duraron desde el 30 de mayo al 8 de junio.
Para los actos de la Coronación llegaron distintas autoridades de la Iglesia y del Estado. El Padre Provincial de los Capuchinos con su Definitorio, el Arzobispo de Granada, obispos y prelados incluidos los de Gibraltar y Tánger. También llegaron los de Jaén y de Cádiz, Málaga y Guadix. Los Alcaldes de Málaga y Ceuta, Capitán General de Granada y el Alto Comisario de España en Marruecos. Entre todos estos se podía comprobar la presencia de las autoridades civiles y militares de Melilla.
Aparte, fueron desplazados expresamente desde Nador a Melilla, en los trenes de la Compañía Española de Minas del Rif, 1.500 legionarios por Orden del Comandante Jefe del X Cuerpo de Ejército de Marruecos, 101 División del Ejército del Maestrazgo. Todos acudieron a la amplia y generosa llamada de la alcaldía que presidía don Rafael Álvarez Claro, para en medio de una impresionante manifestación de fe, a las doce en punto del mediodía, en la españolísima Plaza de España, el día 13 de junio de 1948, ante el bullicio del público y del repicar de las campanas de las iglesias, al tiempo que atronaban los cañones de la Batería de la Costa, previa lectura del Breve Pontificio, (1) fuera coronada canónicamente por el Arzobispo de Granada don Balbino Santos Olivera, a quien acompañaba el Teniente General Varela, a la sazón Alto Comisario de España en Marruecos y Representante del Jefe del Estado para la Coronación. A la imagen de la Virgen de la Victoria le fueron concedidos HONORES DE CAPITÁN GENERAL SÓLO Y EXCLUSIVAMENTE PARA EL DÍA DE SU CORONACIÓN (La Batería de la Costa realizó trece disparos de cañón -Orden de Plaza-.)
Desde aquel lejano 13 de junio de 1948 la Virgen de la Victoria es PATRONA CORONADA DE TODOS LOS MELILLENSES por ser tal y como recoge el Breve Pontificio: «INSIGNE POR SUANTIGÜEDAD E ININTERRUMPIDO CULTO DE LOS FIELES Y POR LA FAMA DE CELESTIALES PRODIGIOS.»
Texto publicado en el diario El Telegrama de Melilla, el día 8 de septiembre de 1992.
Reeditado en el mismo periódico, el 13 de junio de 1998, a petición del director del mismo.
«Comunicación al Congreso Nacional de Religiosidad Popular en Málaga y Antequera, 4 de octubre de 2004».
Corregido y aumentado el 20 de mayo de 2021
Nota (1) – Desde el día de la Coronación Canónica de Ntra. Sra. De la Victoria, nadie ha vuelto a tener conocimiento del paradero del Breve Pontificio.
Tradicionalmente, el viernes anterior al domingo de Ramos estaba dedicado a «los dolores de la Virgen», pero la Iglesia, en una de sus muchas readaptaciones del calendario litúrgico, decidió trasladar la fecha de lugar. Sin embargo, la tradición popular sigue considerando este viernes, como el de Dolores, con sus siete letras y los mismos dolores, siete.
Esta semana anterior a la de Semana Santa se conoce como «semana de pasión». La imagen de la virgen más antigua de la ciudad es la de los Dolores, que siempre fue conocida como la Soledad. Tanto es así, que le dio su nombre a una calle de la Melilla fundacional. Hay un problema no resuelto todavía con la datación de la imágenes de culto melillense, y su llegada a la ciudad. Tampoco sabemos demasiado sobre los cultos y modos de celebración ,dentro del reciento amurallado, en la larga noche de los 400 años. Es muy poco lo que nos han transmitido. Si sabemos que la Cofradía del Nazareno y de la Soledad, es la más antigua de Melilla.
A partir del año 2018, tras el cierre por restauración del templo de la Purísima Concepción, las imágenes titulares, empezando por la de la Patrona, la Virgen de la Victoria, fueron trasladándose al templo Arciprestal del Sagrado Corazón. Luego llegaron los Cristos, el del Socorro, y el de la Vera Cruz. En otoño de 2019, junto con otras imágenes más pequeñas, llegaron las de los Dolores y la del Nazareno, procedentes de sus propias capillas, la del Rosario, y la del Sagrario.
En 1233, en la ciudad de Florencia, surgió una Orden específica para rendir culto a la Virgen y a sus dolores, que tomó el nombre de los Servidores de María, y que son conocidos como Servitas. Los fundadores fueron siete varones, declarados santos, pero sobre cuyos nombres no parece haber acuerdo, quizá porque no pretendieron pasar a la posteridad.
Dolores o Soledad, ambos de 7 letras. Son vírgenes y nombres equivalentes, que reparten titularidades y patronazgos, por toda la geografía parroquial española.
Es el primer viernes de marzo, en plena Cuaresma, y es también una de las imágenes más veneradas de Melilla, la de Jesús de Medinaceli que se encuentra en la iglesia arciprestal del Sagrado Corazón. La presencia en la ciudad del nuevo Vicario Episcopal, Eduardo Resa Huerta, se deja notar en su concepto estético. Es todo lo que podemos apreciar.
Cada vicario viene a la ciudad con una serie de instrucciones en su agenda, impartidas por el obispo y que no son conocidas por nadie. Si las cumplen o no, no lo sabremos, porque la Iglesia nunca cuenta sus intenciones. Las iglesias como tal, ven pasar vicarios, párrocos, obispos y generaciones de fieles, pero los edificios y sus historias quedan, porque lo que sobrevive es la propia Iglesia.
La leyenda, porque Melilla es tierra de leyendas, dicen que soldados madrileños dejaron esta réplica de Jesús de Medinaceli entre sus muros, al igual que otros dejaron una virgen del Pilar, una imagen de la virgen de Los Desamparados, o de «la moreneta» o virgen de Monserrat. Entre tantas imágenes son los fieles los que escogen aquellas a las que rinden culto, y esta es un de ellas.
Me decía un sacerdote amigo que: «Un cura quita y otro pone, y uno retira lo que el otro puso, y el siguiente vuelve a poner lo que el anterior retiró». Esto es lo que ocurre siempre. Permanece aquello que la gente quiere y busca para hacer sus plegarias. Las ideas estéticas del nuevo vicario se han impuesto y transformado este centenario templo, que hoy resplandece con los nuevos altares y baldaquinos que dan realce a las imágenes. Ahora hay colaboración y eso se nota.
El nuevo vicario es de formas más templadas, pero de voluntad y acciones constantes y firmes. Ha transformado todo pero sin que haya supuesto una ruptura con quien le precedió. Aquellos tiempos fueron de gran agitación y de rebeldía abierta, casi rayando en la desobediencia. Hoy todo parece en paz y las aguas están mansas.
La tradición de la visita la imagen de Jesús de Medinaceli se concentra en el primer viernes de Cuaresma, pero también se acude ante su imagen el resto de los viernes del año.