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La Iglesia greco-católica rumana de rito bizantino cuenta con casi medio millón de fieles, frente a los 20 millones de la Iglesia Ortodoxa rumana, la segunda más populosa del mundo ortodoxo, solo por detrás de la Iglesia ortodoxa de Rusia.
En Almería, la Iglesia rumana de la Sagrada Familia se encuentra enclavada en el centro de la capital, en la calle Reyes Católicos. Era una anterior capilla católica que fue cedida por el Obispado de Almería a la Iglesia greco-católica rumana, de rito eslavo. Su idioma litúrgico es el rumano. Su sede central es la catedral de la Santa Trinidad en la ciudad rumana de Blaj. El Archipatriarca mayor es Lucian Muresan desde 2012.
El santo protector de la Iglesia oriental es San Nicolás, y en esta iglesia rumana todos los lunes, se le rinde culto, para el cual la iglesia permanece abierta en horario de mañana y tarde (9h 30-14h 00 y 17h 30-20h 00). Las imágenes de san Nicolás han desaparecido de muchos templos católicos, o si están presentes no hay horario de apertura de las capilla, con lo cual el culto queda interrumpido.
Sin embargo, en la Biserica Romana de la Sfanta-Familie, cada lunes se congregan fieles procedentes del culto católico romano y fieles rumanos, que quieren seguir con la tradición de los lunes de san Nicolás.
Existen algunas diferencias con respecto a un templo católico occidental, como la presencia del Iconostasio en vez del Altar, y la veneración de los santos bajo la forma de iconos, que es la que acepta la tradición oriental, aunque en este caso, sí existe una pequeña imagen del santo de Myra, en la costa de Licia, en la actual Turquía, Agios Nicolaos, o san Nicolás.
Una de las diferencias más llamativas es la presencia de velas de cera, las únicas admitidas en el culto oriental. En este caso las velas son las propias del culto bizantino. Son velas alargadas de color tierra, que se dividen en las dedicadas a los vivos y a los difuntos. Esta si es una gran diferencia entre los cultos orientales y occidentales. En Oriente no hay un único día para recordar a los difuntos, sino que se les recuerda cada sábado en una oración especial.