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Capilla de Juan el Bautista

~ "Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo". Evangelio de Marcos

Capilla de Juan el Bautista

Archivos mensuales: marzo 2015

La crucifixión según los evangelios

12 jueves Mar 2015

Posted by Hospitalario in textos y referencias

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evangelios, evangelios de lucas y juan, evangelios de mateo y marcos, Félix Puzo, José María Bover, la crucifixión

Cristo de la Vera Cruz
Detrás de la Cruz
Crucificado, Magistral de Alcalá de Henares

               Enrique Delgado  

        Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado. Estas palabras del Credo, son las únicas históricamente ciertas, y aquellas de las que podemos dar cuenta. Con la muerte acaba el testimonio histórico del Rabí Jesús y con la resurrección, imposible de probar, se inicia la historia del Cristo de la Fe, del Cristo de Pablo. Hay que tener un cuidado extremo con las traducciones evangélicas, porque puede situarnos en niveles diferentes, tanto de testimonio histórico, como de creencia. Es muy importante la situación cronológica de los textos, porque unos nos llevan hasta otros, como una escalera, y como tal puede bajarse o subirse. Yo siempre busco las traducciones realizadas sobre el texto griego, el idioma original evangélico, porque los matices son muy importantes, si  nuestra pretensión es asomarnos al borde mismo de la posible verdad, ya sea histórica o de la Fe.

                              La cronología de los textos

            Las cartas auténticas de Pablo, que no son todas, y Los Hechos de los Apóstoles, escritos por Lucas, discípulo de Pablo, son los escritos más antiguos o los primeros en ser puestos por escrito, hacia la sexta década del siglo I. Los Evangelios se mantenían en la tradición oral, o en algún texto escrito desconocido hasta la fecha, y que los eruditos denominan como «Quelle», la fuente, dadas las similitudes entre los evangelios de Marcos y el de Mateo. El evangelista Lucas redactaría el suyo a la vista de los otros dos, y teniendo en cuenta la doctrina fijada ya por las cartas de Pablo, que había impuesto su teología sobre el resto de las comunidades cristianas. El evangelio de Juan es el último o más moderno, distinto a todos, y escrito hacia la  mitad del siglo primero.

                                        La muerte en la cruz

             Todo esto es demasiado extenso y profundo, por eso solo vamos a centrarnos en el instante mismo de la muerte, en qué sucede en ese momento y en cómo lo narran los evangelistas, que tampoco parecen ser los autores directos del texto  final escrito. Son sus evangelios pero fueron fijados con posterioridad. Ese sería el salto de la tradición oral, con decenas de textos escritos, a la plasmación de un texto único y definitivo.

          Mateo 27, 44-52: Otro tanto también los ladrones que habían con él habían sido crucificados le ultrajaban. Desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y hacia la hora nona clamó Jesús: «Dios mío (Eloí), Dios mío», ¿por qué me desamparaste?. Algunos de los que allí estaban, al oírlo decía: A Elías llama éste. Y al punto, corriendo uno de ellos y tomando una esponja y empapándola en vinagre e introduciendo en ella una caña, le daba de beber. Mas los demás decían: Deja, veamos si viene Elías a salvarle. Mas Jesús, habiendo clamado con gran voz, exhaló el espíritu. Y he aquí que el velo del santuario se rasgó en dos de arriba abajo, y la tierra tembló y las peñas se hendieron.

         Marcos 15, 32-39: También, los que habían sido crucificados junto a él le ultrajaban. Y llegada la hora sexta, se produjeron tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y a la hora nona clamó Jesús: Dios mío (Eloí), Dios mío, por qué me desamparaste. Y algunos de los presentes, al oírlo decían: Mira, a Elías llama. Corriendo uno y empapando en vinagre una esponja, sujetándola a una caña, le daba de beber diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a descolgarle. Mas Jesús, lanzando una gran voz, expiró. Y el velo del santuario se rasgó en dos de arriba abajo. Y viendo el centurión, que allí estaba frente a Él, que de tal manera había expirado, dijo: verdaderamente este hombre era hijo de Dios.

         Nota: Mateo y Marcos redactan un texto muy similar, salvo en la presencia del centurión romano, en la parte final del texto de Marcos, que parece más próximo, más cercano  en su redacción. En ninguno de los dos se distingue entre el ladrón bueno y el malo. Ambos ultrajaban a «Jesús crucificado». Frente al dolor ajeno, siempre hay quién muestra una actitud hiriente, que a veces llega a lacerar más que el dolor propio.

         Lucas 23, 42-48: Y el otro decía a Jesús: acuérdate de mí cuando vinieres en la gloria de tu realeza. Díjole: en verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso. Y era ya como la hora sexta, y se produjeron tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora nona, habiendo faltado el Sol; y se rasgó por medio el velo del santuario. Y clamando con voz poderosa, Jesús dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y dicho esto expiró. Viendo el centurión lo acaecido, glorificó a Dios diciendo: realmente este hombre era justo. Y todas las turbas allí reunidas para este espectáculo, considerando las cosas que habían acaecido, se volvían golpeando los pechos.

       Nota: Lucas, el discípulo de Pablo, compone un texto diferente. Aquí no se relata el acontecimiento histórico de la muerte de Jesús, sino que se refiere directamente al Cristo de la Fe. El buen ladrón (que solo se menciona en este evangelio), se dirige a Cristo y no al Jesús crucificado. La distancia conceptual con respecto a los relatos de Mateo y Marcos (ambos históricos),  es enorme. En Marcos hay cercanía descriptiva, y en Lucas solo teología y literatura.

            Juan 19, 26-30: Jesús, viendo a la Madre, y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su Madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dice al discípulo: he ahí tu Madre. Después de esto, sabiendo Jesús que ta todas las cosas estaban cumplidas, para que se cumpliese la Escritura, dice: Tengo sed.  Había allí una vasija de vinagre; tomando pues, una esponja empapada en el vinagre y clavándola en una caña de hisopo, se la acercaban a la boca. Cuando, pues, hubo tomado el vinagre, Jesús dijo:. Consumado está. E inclinado la cabeza entregó el espíritu.

            Nota: Juan, el testigo al pie de la Cruz, solo está interesado en marcar su posición. No da detalles sobre la oscuridad del día, que parecía acompañar a la tragedia del crucificado. No hay diálogo con el Padre, ni ladrones acompañando en el tormento. No hay centurión, ni relato histórico. A quien redactase este evangelio, solo le interesaba resaltar que allí estaba Juan y que fue designado como el discípulo amado, algo que a la postre no tendría consecuencia alguna.

      PD: Para este artículo se ha utilizado una edición de la BAC (Biblioteca de Autores cristianos) de 1962, en traducción directa del griego de José María Bover y Félix Puzo.

Dolores, es su nombre

09 lunes Mar 2015

Posted by Hospitalario in reflexión

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Dolores, el nombre de dolores, Virgen de Los Dolores

Dolores

              Desde la hora sexta (mediodía) hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora nona (media tarde).   … Y he aquí que el velo del santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, y las rocas se hendieron. Mateo 27, 38 y 51

        Dolores es su nombre. Seco, corto, potente, como esa clase de dolor que desgarra en un instante, como esa ráfaga de aire helado que penetra en la carne y ya no sale. Dolores, como en  esa madrugada en la que ya no se espera nada, en la que el Sol no calienta y el frío hiere el rostro y el alma. Ese dolor no se advierte, llega, se queda y rasga de parte a parte. La vida se divide en dos en un momento, como un toque de clarín o de trompeta en medio de la noche.

          Un lejano suceso ocurrido, históricamente muy oscuro, hace más de 2000 años sigue representando el dolor máximo, presente a lo largo de la vida humana y de su historia. Hay un culto a ese dolor, hay una tradición de imágenes de «las dolorosas», pero no debemos recrearnos en él, ni hacer de eso una imagen fija. Una madre que pierde a su hijo, una hija que pierde a su padre, una vida que se rompe en un instante aciago, una vida entera sometida a ese dolor sordo que acompaña constantemente, que a veces se manifiesta como algo presente y que otras parece haber desaparecido, pero que permanece como la herida en el costado. Hay que seguir viviendo, aunque a veces cueste respirar y el dolor parezca insoportable.

              Los latinos tenían un verbo; carpo,-psi, -ptum; que se traduce por «separar arrancando». No hay otro más expresivo y apropiado. Ésta es esa clase de dolor, que puede manifestarse de varias maneras, no solo con la muerte. No siempre está ella detrás, no siempre está ella presente. Esa es la cortina del templo que se rasga, la noche que se abalanza en pleno día, el instante que divide una vida en pasado y presente, con el corte preciso de un hacha.

                Dolores, no es preciso decir mas.

La estampa de Monseñor Buxarrais

06 viernes Mar 2015

Posted by Hospitalario in santos y reliquias

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estampa de monseñor buxarrais, estampa de san nicolás, velas en san nicolás

Estampa de monseñor Buxarrais
Imagen de San Nicolas
El regreso de las velas

Supresión de velas

         ¿Qué ocurrirá con las cosas cuando nosotros ya no estemos para cuidar de ellas?, ¿qué fue de quienes lo hicieron antes que nosotros?. Cuesta mucho tiempo y dedicación recuperar la memoria de los edificios, de las personas. Supone un cierto sacrificio, pero que también reporta algunas satisfacciones. Nos encontramos con personas que nos aportan cosas, descubrimos historias que no conocíamos. La mayor parte de todo lo que ha sucedido ha desaparecido para siempre, de ahí esa obligación de dar testimonio, de fijar una mínima parte de esas pequeñas aportaciones que las personas sencillas ha hecho a su ciudad, o a su entorno. Tiene un lado amargo, y es que vemos tanto la trasformación de los lugares, como la desaparición de las personas que conocimos en ellos. Después de tantos años acudiendo a un mismo lugar, se siguen descubriendo cosas nuevas, pero también se deja de ver a muchas personas que conocimos entre sus muros. Dentro de esa nave, habitualmente vacía, están también esparcidos nuestros recuerdos y vivencias.

                    La historia de una estampa de San Nicolás

          Desde el año 2006, no siempre, sobre la pila bautismal en la que ya no se bautiza nadie, se encuentran revistas y estampas que allí depositan tanto los propios feligreses, como el capellán del Centro Asistencial, el padre Ramón Buxarrais. A menudo aparecía un pequeño díptico de San Nicolás, con una breve historia del santo, una oraciones y también unas recomendaciones, que algunas personas plastificaban o volvían a reproducir de nuevo. Esto es lo normal, pues en las iglesias, a veces, se dejan libros o revistas ya leídas, para el aprovechamiento de otras personas. También se reparten otras estampas, como las del célebre San Judas.

          El hecho no tiene mayor trascendencia, pero en un libro encontrado hace dos meses y que no conocía, cuyo autor es también monseñor Buxarrais, se detalla la historia de esa estampa, que resulta ser de su autoría. La historia la relata en un libro editado en 1995, titulado Las palabras de Ramón Buxarrais, de la editorial PPC.

         Según cuenta, él miraba con cierto recelo esa «extraña» y continuada peregrinación de personas hasta la estatua de San Nicolás. Así pues, un día le preguntó a una mujer sobre el porqué de esa devoción, a lo que la mujer, con esa fina y penetrante intuición femenina le espetó: ¿es que vd. no cree, verdad?. Monseñor Buxarrais quedó tan desarmado, que decidió, a modo de expiación, imprimir mil dípticos con la fotografía del santo, su historia, y una pequeña oración, además de solicitar la correspondiente licencia eclesiástica, que figura en la parte final.

          La imagen de San Nicolás, tiene en la actualidad los dedos rotos. Hace ya algunos años, encontré una vieja fotografía, con la estatua del santo, imagino que recién llegada a Melilla, y que ahora puedo compartir, tras habar completado la historia, o cerrado el círculo. Lo que deba permanecer lo hará, independientemente de nuestro esfuerzo, y lo que tenga que desaparecer, desaparecerá, aunque pretendamos evitarlo. También he podido constatar el regreso de las velas de cera bajo la estatua del santo, pese a haber sido suprimidas hace cinco años, tras las reformas en la capilla. Hasta finales de 2011,  las hermanas de La Caridad retiraban las velas consumidas, pero al marcharse del Centro Asistencial, se recomendó no ponerlas,  porque nadie se encargaba de hacer ese trabajo.

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