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Bárbara Jurado Antúnez, la hija de la giralda, Mª de los Dolores Quiroga y Capopardo, sor barbara de santo domingo, sor patrocinio
Sor Bárbara de Santo Domingo y Sor Patrocinio
En su doble sentido, toda santa tiene su causa, y toda causa necesita quien la defienda. Sor Bárbara de Santo Domingo nació en el campanario de La Giralda un 7 de febrero de 1842. Era la hija del 2º campanero del espectacular alminar almohade incorporado a la Catedral de Sevilla. Su vida fue muy corta, pues falleció el 18 de noviembre de 1872. Bárbara Jurado Antúnez dio claras muestras de sus inclinaciones religiosas desde muy pequeña.
Sor Patrocinio nació en la Venta del Pinar el 27 de abril de 1811, en plena invasión francesa y murió casi cerrando el siglo, el 27 de enero de 1891. Sor Bárbara está vinculada al convento de las Madres Dominicas de Sevilla y Sor Patrocinio al de las Concepcionistas Franciscanas de Guadalajara. La primera de las madres o sores dejó una intensa aportación espiritual y mística, plasmada en relatos escritos y visiones. Su recuerdo sigue vivo y cuenta con un grupo de feligresas y feligreses sevillanos que defienden su causa de beatificación, y que luchan contra el feroz zarpazo del olvido y contra el espeso muro del tiempo.
El caso de Sor Patrocinio o Mª de los Dolores Quiroga y Capopardo es distinto, porque vivió en uno de los siglos más violentos de la historia de España, y numerosos testimonios y referencias han dejado testimonios de ella. En su larga vida sufrió todo tipo de persecuciones y acosos, y no cabe duda alguna de que vivió sus virtudes religiosas de modo heroico, una de las condiciones necesarias para que la Congregación para la Causa de los Santos estime su causa, y la declare venerable.
Las turbulencias de «los espadones militares» contra la Reina Isabel II alcanzaron a la ciudad de Sevilla y a Sor Bárbara en 1854, en lo que se denominó como la Vicalvarada. Un grupo de exaltados penetró en la catedral de Sevilla dispuestos a cometer sacrilegios y también en la torre de La Giralda, en donde llegaron a encañonar a la pequeña Bárbara. Al parecer las campanas de la torre almohade sonaron solas, alertando a la ciudad y provocando la huida de los exaltados.
En lo que respecta a Sor Patrocinio es ya reconocido que fue objeto de la inquina del general Narváez, uno de los principales espadones de la España del siglo XIX, el de las guerra de Marruecos. La Reina Isabel II y Sevilla, en donde residía el principal enemigo de la Reina, su cuñado el duque de Montpensier, casado con su hermana Luisa Fernanda, es el nexo de unión entre ambas religiosas, entre ambas mujeres.
En las fotografías, estampas y reliquias que se conservan de ambas, destacan la arrebatadora mirada mística de sor Bárbara y la intensa profundidad de la de Sor Patrocinio. Ambas causas luchan contra el injusto olvido y ambas tienen quién las defienda. Sin embargo, a veces las fuerzas de las tinieblas luchan especialmente para apagar ciertas llamas, aunque estas sean débiles.