


Fray Leopoldo de Alpandeire, pueblecito de la Serranía de Ronda, falleció en Granada un 9 de febrero de 1956. El que sería afamado fraile, había nacido el 24 de junio de 1864, según consta en un acta de bautismo. El hijo de Diego Mázquez y Gerónima Sánchez, había disfrutado de una vida larga, 91 años. Todas sus líneas familiares están arraigas en la zona. Era un hombre acostumbrado a las temperaturas extremas de la vida en la sierra. En ella vivió hasta los 33 años, siendo el primogénito de una larga lista de hermanos. En la enorme iglesia de San Antonio de Padua tomará contacto con el oficio litúrgico, según se cuenta en la biografía de fray Ángel de León, editada en 1974. En ella se le titulará como Mendigo por Dios, pero fue en realidad su limosnero, el mayor e incansable limosnero de la historia. En esta misión recorrerá casi toda la provincia de Granada y parte de las de Málaga, Almería y Jaén.
Francisco Tomás realizara el servicio militar en Málaga, concretamente en el Regimiento de Pavía, en 1891, casi ya al borde de cumplir los 30 años. Tras varias vicisitudes y obstáculos que él achacó siempre al diablo, el futuro fray Leopoldo logró ingresar como capuchino en 1899, con 35 años y en el último año del siglo XIX, en el convento de Sevilla. Tras acabar el noviciado fue trasladado a Antequera. Los votos definitivos los tomará en Granada en 1903, ciudad en la que pasará el resto de su vida, hasta su final, 53 años después. Solo saldrá de Granada por un breve espacio de tiempo, entre 1913 y 1914. En su vida verá acontecer todas las turbulencias políticas y bélicas del siglo XX español.
La cripta de Granada
Desde su fallecimiento en 1956, la cripta en donde está enterrado en un santuario. La afluencia de fieles y de solicitantes de favores no ha cesado ni decrecido, pese al ya largo tiempo transcurrido desde su muerte. Su fama no solo dececre, sino que se amplía, y su radio de acción ya alcanza casi todo el territorio nacional. Fue declarado como beato de la Iglesia Católica en 2010, aunque la devoción popular lo tiene ya entre los santos, desde el mismo momento de su muerte. Tenía una gran fortaleza física y espiritual, por lo que se le considera un protector eficaz en las asechanzas del diablo. Enfermedades y padecimientos le atormentaron en sus últimos años, por lo que se solitica su intervención en numerosas cuestiones relacionadas con la salud. Sus restos mortales reposaron dos años en la tierra, y el 31 de mayo de 1959 fueron trasladados a la iglesia de su antigua convento. En el presente y definitivo sarcófago y cripta descansa y es objeto de veneración desde el 27 de octubre de 1969.
Han pasado 12 años desde la creación de esta capilla virtual de San Juan Bautista, en julio de 2012, y era una obligación pendiente la visita a la cripta y museo de fray Leopoldo en Granada, cuyo nombre completo fue Francisco Tomas de san Juan Bautista.
Nota:https://www.fray-leopoldo.org/biografia/
Buenas noches.
Hermosa entrada dedicada al beato Fray leopoldo de Alpandeire.
Con el recuerdo de la única vez que he entrado en la cripta de Granada. Fue en el año 1982. De madrugada, me despertó el murmullo de los numerosos fieles que rodeaban la iglesia y convento de Capuchinos. Enseguida bajé a la portería, queriendo acceder a la iglesia. Un guarda de seguridad me indicó educadamente que había que guardar cola. Obedecí sin indicar nada y salí a la calle., a guardar cola como se me había indicado.
Cuando pude acceder al interior de la cripta habían pasado varias horas.
Al entrar sentí un escalofrío que me hizo temblar. Me senté en el último banco, dando la espalda al sarcófago que contiene los restos mortales de Fray leopoldo, miré a mi alrededor y al frente. Un gentío enorme, un silencio sepulcral, distintos sacerdotes confesando, muchos jóvenes…, y rompí a llorar. Lloré amargamente ydespués me fuí a la Residencia de Fray leopoldo, lugar en el que cuidaba de un sacerdote muy enfermo…
Desde ese momento cambió mi vida.
Aún hoy no he encontrado respuesta a mi llanto.
Debería haber ido antes. Ya no podía demorarlo más. Tenía varías promesas pendientes. En mi caso fue al contrario. La cripta vacía, solo 3 visitantes más, y una mujer rezando. Sensación de calma y paz absoluta. Un ambiente muy cálido. Un silencio que no se quebraba. Sentí que me estaba esperando.
Ayer se celebró la fiesta litúrgica del Beato Fray Leopoldo María de Alpandeire. Una celebración que no deja indiferente a nadie.
Quiero imaginarme las calles aledañas al convento de los Capuchinos de Granada. Una marea humana que se acerca, poco a poco, soportando el frío de la sierra granadina, con la esperanza de poder tocar, algo tan tangible, como el sarcófago que contiene sus preciadas reliquias.
También aquí, en Melilla, se conserva el relicario del Beato Fray Leopoldo, donado, en un gesto de generosidad sublime, por el sacerdote capuchino Fray Fernando Linares Fernández; y custodiado por la Hermandad de la Divina Pastora de las Almas. Son dos los relicarios que ha dejado en la ciudad el Padre Fernando: el de San Francisco de Asís y el del Beato Fray Leopoldo. Todo, producto de su generosidad sin límite.
Quizás sea el momento de hacer el Catálogo de relicarios en Melilla. Me constan otros. Y un Lignun Crucis con siglos de antigüedad, procedente de la iglesia del Pueblo.
En Alabanza de Cristo y de su Siervo Fray Leopoldo.