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capela dos osos, capilla de los huesos, Iglesia de Faro, iglesia del Carmen en Faro, iglesia matriz de san Pedro, igrejas do Faro, Portugal





Una cosa que sorprende en Portugal, es la cantidad de gente que hay en las iglesias, bien de visita o asistiendo a los oficios religiosos. Las iglesia están abiertas un suficiente número de horas, y siempre hay colaboradores y personas que trabajan en ellas. También, al no contar con violencia revolucionaria, y no haber padecido saqueos e incendios, salvo las catástrofes naturales, suelen estar en el mismo estado en el que fueron construidas, y con todas sus imágenes y ornamentación. Tampoco hicieron mucho caso al mandato de simplificación del culto ordenado por el Concilio Vaticano II, y no fueron objeto de la devastación iconoclasta. Son iglesias llenas en muchos sentidos, pese a que el devastador terremoto de Lisboa en 1775 dejó notar sus terribles efectos en estas construcciones.
Tampoco hubo tampoco desamortizaciones, ni la propia Iglesia portuguesa parece haber influido tanto en el Estado y en la política , como la española. Portugal hizo su propia Reconquista al margen de la de Castilla y la completó más de 2 siglos antes. Además de las órdenes militares más conocidas como la de Santiago, Portugal contó con una específica, la de Montesa.
La expansión marítima de Portugal precisa de nuevas ciudades e iglesias en el sur del país, de Lisboa, y Faro es uno de los puertos más importantes. En 1534 la iglesia matriz de Santa Maria pasa a ser la catedral de San Pedro. El edifico es muy sobrio, sin concesiones arquitectónicas a la monumentalidad, pero el interior es riquísimo, con aportaciones de todos los períodos artísticos conocidos, especialmente del barroco.

Capilla de los huesos, iglesia del Carmen
La Orden Tercera de los Carmelitas fundaron esta iglesia en la primera mitad del siglo XVIII, en la ciudad de Faro, imprimiendo en ella todas sus peculiaridades como Orden. Junto a ella, en el patio colindante existía un cementerio y un osario, que en 1816 edificaron una pequeña capilla, completamente adornada con huesos y calaveras..
Restos óseos de varones, mujeres, adultos, jóvenes y ancianos conforma un conjunto sorprendente y singular, que no deja indiferente a ningún visitante. Todo muy acorde con las peculiares concepciones de los Carmelitas.