


Todo permanece cerrado desde hace casi 4 años, tras iniciarse la pandemia en marzo de 2020. Sin embargo, la decadencia del lugar se inició en el mes de septiembre de 2017, cuando el obispo emérito de Málaga, monseñor Buxarrais abandonó el Centro Asistencial tras sufrir un infarto. De este último hecho han pasado 7 años (13/09/2017). Fue en este mes, en septiembre, el mes de tránsito del verano al otoño en el hemisferio norte, y de la primavera al verano en el hemisferio sur.
La energía sigue allí, permanece en estado latente, reposada:..y el espíritu de Dios se deslizaba sobre la superfice de las aguas. Allí siempre se producían corrientes de aires, golpes de puertas, porque aunque no lo parezca, hay varios accesos a la capilla, unos desde el patio, y otro desde el interior. Siempre había algo que estremecía. Este lugar cambia mucho de unas estaciones a otras, de la mañana a la noche, del lunes al domingo. El camino hacia el abandono total se inició en 2011, en noviembre, con la marcha de Las Hijas de La Caridad, y monseñor Buxarrais quedó solo, y comenzó a celebrar sus misas diarias para casi nadie, máximo 5 personas, pero nunca estaba solo, porque el Espíritu estaba con él.
Todo lo que se ha vivido allí, permanece allí y mucho se ha relatado, se ha dado testimonio. Parece que no entra nadie a esta capilla virtual, pero esa es solo la apariencia. La verdad es que está en progresión constante desde hace 5 años, y aquellos que entra entran y salen ya no dan noticias de sus visitas. Eso es lo que pretendimos desde el primer momento y lo que escribimos en 25 de julio de 2012: «Este es un espacio diferente. Estará siempre activo y abierto. No habrá obligación alguna. No existirá ningún sometimiento a las exigencias de la vida cotidiana. Nada externo entrará aquí. Habrá imágenes, reflexiones, comentarios de libros, de artículos, pero todo será desde dentro hacia afuera. Será un lugar para detenerse y pensar o solo para contemplar. El interior de cada persona será el que marque si desea quedarse aquí o salir fuera y no volver. El que busque algo y lo encuentre será porque lo haya encontrado en sí mismo. Nada se encontrará en La Capilla de Juan el Bautista que uno no tenga previamente y también sucederá la situación inversa, que nada hallará quien nada tenga. Aquí quedará uno desnudo y en soledad frente a su conciencia, frente a sí mismo. Ofrecemos todo y a la vez nada. Tampoco diremos a nadie donde está, deberá encontrarla quien la busque».
Una antigua comentarista nos pidió preservar el silencio, en 2013, y esto le respondimos: «De esta capilla apenas hay noticia en el exterior. Aquí la voz solo es un susurro. El ruido queda al otro lado del muro. La batalla ha sido fuerte y el cansancio es grande. Dicen que lo que viene será más duro. Me siento en el banco. Quizá debamos ocultarnos más». Pero el ruido te encuentra siempre.
En julio de 2019 incorporamos otra exigencia, y es que no habrá un solo mes sin al menos una publicación, y ya hemos cumplido 5 años consecutivos. Ya no hay huecos entre los meses, y desde ese momento las visitas crecen sin cesar. Es la lámpara encendida, la que auxilia y orienta en la noche. Permanece aquí para que todo aquel que la necesite, la encuentre siempre encendida. Fuimos a verla y a recobrar sensaciones, en soledad, el pasado 26 de septiembre, porque la señal de Padre, solo se escucha en silencio.
Nota:https://santuariodejuanelbautista.com/2018/01/15/en-el-instante-oscuro/