Las mujeres extraordinarias

  La última visita del año la hemos llevado a cabo el 27 de diciembre, día de san Juan Evangelista, entre los muros del convento de las Concepcionistas Franciscanas de Almeria. Es uno de los conventos en uso más antiguos de Andalucía, casi sin interrupciones desde su fundación en 1522, a los pocos años de la conquista en 1489. En primcipio fue el palacio de uno de los conquistadores de la ciudad, el comendador Gutierre de Cárdenas, que al morir en 1503, dejaría a Teresa Enriquez, su viuda,  como un mujer inmensamente rica. A partir de ese momento,  esta brillante mujer dedicaría toda su energía y riqueza, a la caridad y a la atención de los desfavorecidos,  desde otra de sus propriedades en Torrijos (Toledo), localidad en la que,  además del monasterio del Santísimo Sacramento,  fundó dos hospitales para la atención de los heridos de guerra,  lo que hoy llamaríamos mutilados. En esta labor no cejó hasta su fallecimiento en 1529.

  Junto a la Reina Católica,  Isabel I de Castilla, se juntaron una serie de mujeres extraordinarias, como Beatriz Galindo, la Latina, también viuda de guerra, en este caso del Secretario Real Ramírez de Madrid, también conocido como «el artillero».

  Mientras todas estas vidas iban siguiendo su curso, entrelazándose, en torno a un brillo  surgido décadas atrás, como el de un cometa. El protagonizado por una de las mujeres más espléndida e impactantes de este proto Renacimiento hispano, o peninsular, desde la ciudad de Ceuta, dado el origen portugués de Beatriz de Silva. Ella y su luminosa fundación de las Madres Concepcionistas, a las que tiñó el hábito de color azul celeste. Santa Beatriz de Silva, la luminaria de la Inmaculada Concepción. Ella sería la letra alfa del alfabeto concepcionista. La omega, hasta el momento presente es la reverendísima madre Sor María de los Dolores  y Patrocinio.

   Beatriz de Silva fue elevada a la santidad en 1976, casi 5 siglos después de su muerte. Teresa Enriquez ha visto como se iniciaba su proceso de beatificación en 2023, también pasados esos mismos 5 siglos desde su muerte. En el caso de Sor Patrocinio, apenas tiene un siglo y medio desde que fuera llamada a los cielos en un 27 de enero de 1891.

  Este convento, de actividad ininterrumpida en 500 años, solo tuvo dos pausas,  una durante la Invasión Francesa, y otra durante la Guerra Civil española, en el que fue utilizado por las Milicias populares como almacén, y centro de abastecimiento.  Pese al evidente riesgo, pudo mantener a salvo casi todo su patrimonio artístico y arquitectónico, lo que constituye un auténtico milagro histórico.