No tengas por oración más provechosa aquella en que sintieres mayor consuelo; porque no siempre lo agradable es útil, ni siempre nocivo lo amargo; antes en el presente estado de la vida suele aprovechar lo amargo y dañar lo grato.

Ya escribí en otra ocasión, sobre el libro sin nombre y sin autor. De vez en cuando lo abro al azar, leo las dos páginas correspondientes, y busco en ellas un párrafo, un reflexión apropiada, algo con sentido, algo que no haya envejecido con el paso del tiempo. Dos páginas, no más, detenerse un instante y encontrar algo adecuado para ese momento, como lo que acabo de escribir. Tampoco hay que decir nada más, a veces no es necesario. Que cada cual lea lo escrito y cada uno sacará una consecuencia distinta. Debe ser así, porque se comparte el espacio, pero no siempre el tiempo. En un mismo espacio, hay 70 veces 7 historias y momentos distintos, o tantas como personas nos rodean.