Melilla en claro oscuro

¿Quién es  profeta, qué hace o como se distinguen?. Es difícil, pues el profeta, por norma general no llega  a disfrutar nunca de la consideración como tal. Sus textos y escritos están enfocados hacia el futuro, aunque escritos en el presente. De este  modo, quién los lee y entiende, puede encontrar esperanza o algún consuelo, en tiempos de angustia. También, el texto profético transciende el tiempo, de modo que puede ser leído en cualquier circunstancia y época, y lo escrito no pierde actualidad. El texto profético habla en presente, pero no de acontecimientos concretos, por eso pervive. Cualquier religión, cualquier sociedad o tiempo tiene los suyos, aunque muchos de sus nombres se pierden con el tiempo. Lo que queda es lo escrito, que es lo que atraviesa las diferentes épocas. Hay textos que no envejecen y son perfectamente distinguibles. Hay tantos estilos de escrituras, como personas o profetas.

El o la profeta escriben de modo constante y habla del mundo y de la época en la que viven. Escriben lo que ven, lo interpretan y lo proyectan hacia el futuro, aunque también hay profecías inmediatas y especificas, pero esas son ocasionales y más arriesgadas. Hay profetas que van contracorriente y se enfrentan con los valores y visiones de su generación. Los hay marginales, como Juan el Bautista, y también apegados al Poder. No solo son religiosos, sino que existen y se encuentran en cualquier campo de la sociedad, de las artes y de las ciencias humanas

Ven un acontecimiento y también su desarrollo. No suelen estar apegados a una ideología o posición concreta. No suelen ser revolucionarios, ni rupturistas, pero evolucionan constantemente. Es su grado de implicación con la sociedad en la que viven, el lazo del que extraen su percepción de las cosas. De sus dichos, pues muchos no escriben, y de sus escritos, siempre se extraen: bien  una frase perdurable, o una máxima útil, tanto para el presente como para el futuro.