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- En la penumbra
- La lámpara encendida
No me elegisteis vosotros a mí; fui yo quien os elegí a vosotros. Y os he designado para que deis fruto abundante y duradero. Juan 15, 16
Siempre el mismo sitio, siempre el mismo lugar, pero esta vez había una sensación diferente. Con la penumbra, la señal fue más clara. Lo que debe ser hecho ya no puede demorarse más. Empieza a no haber más tiempo. Las piedras esperan, las personas no. Quienes estuvieron aquí en el pasado hoy ya no están, y quienes estamos hoy podemos no estar en el futuro. Así cambia la vida ante nuestros ojos. Siempre es la misma obra, siempre con distintos actores. De todo lo que ha ocurrido aquí, a lo largo de casi un siglo, apenas queda constancia. Hemos dado vida y luz a una parte de esa historia. Hay algo que debemos hacer y que ya no puede demorarse. Esto es importante y debe ser hecho ya. La lámpara está encendida y nos está esperando.
«Pero si con el corazón sosegado e impertérrito vas obediente a donde El Espíritu te condujere y sigues la dirección contra tu propio sentido, pasarás ileso por las tentaciones. Encontrarás a menudo que son aquellos mismos que te estaban obligados por el agradecimiento, amistad u oficio, los que te serán infieles e incluso adversarios. Pero aun en el exterior ocurrirán muchas cosas que te conmoverán y agitarán tu espíritu, si no estuvieses en la paz bien afianzado.
Los santos más versados e instruidos en los caminos ocultos de la vida espiritual nos enseñan que el demonio, espíritu malo y torcido, acostumbra a tentar más, a aquellas personas que se ejercitan en la adquisición de las virtudes, o a quienes deben llevar a cabo alguna labor por el mandato del Espíritu.
Y ahora, estando fuera estaremos dentro, y estando dentro estaremos fuera.
«Te afanas y te preocupas por muchas cosas, y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola». S. Lucas
Ha habido cambios, aunque no sean percibidos. He reconducido la orientación de La Capilla y poco a poco se extiende su influencia. Esta es una fuente a la que se acude a beber y paliar la sed.También hemos superado dos meses de inactividad.
Una capilla orientada a objetivos espirituales siempre fortalece. Todo se percibe hermano.
Algo se anuncia, pero no sabemos qué es. Es un texto oscuro y claro a la vez. En penumbra todo se percibe mejor. Yo también la prefiero.
El trabajo más difícil es aquel que no se ve, hermana.
Que no se ve y que nadie sabe. El sufrimiento interior. De eso entendemos un poco.
Los mayores sufrimientos y luchas del espíritu, a menudo pasan desapercibidas a los ojos de casi todos y también debe ser así.
«Ningún consuelo se admite en esta tempestad que me invade» decía la mística a su amigo Juan de la Cruz.
Sin embargo esta entrada es de calma, como ha intuido Juan. Algo se anuncia, pero nada puede ser dicho, porque el diablo también está atento. Hay tiempo, pero es escaso. Todo está aquí expresado.
Este tiempo ha sido provechoso y lo que debía ser hacho está punto de culminarse. A veces no es posible detenerse, ni siquiera en medio de la borrasca.
Ha pasado un mes desde esta entrada. Lo que debía ser hecho ya lo está. Hubo que interpretar las señales e identificar el momento. Ese instante de paz, de calma, fue productivo. Había que dar testimonio de algo que no debía perderse y que estaba ahí esperando su oportunidad.