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        No me gustan especialemente los salmos, pues tienen un tono de religiosidad  belicosa, a veces son algo plañideros y tienen incluso un tono de cierto soberbia. Dicen que los redactó el futuro Rey David entre otros,  y en las últimas décadas están cobrando cierta importancia religiosa. Es verdad que hay algunos versos buenos, pero resulta difícil conectar con ellos en su totalidad, son el reflejo de una religiosidad antigua, aunque los analistas cristianos los han conectado a los evangelios.

  Los salmos son oraciones religiosas para ser cantadas. Hay uno concreto (129/130),  escrito en una situación de desesperación profunda, que son esas en la que se necesita una respuesta o una explicación inmediata, o incluso algo de amparo. Se supone también, que son oraciones directas dirigidas a Dios Padre, al que se debe rezar sin imágenes. Sin embargo no hay lugares específicos en los templos para dirigirse a Él, aunque se supone que el propio recinto es eso.

                  Salmo 130 (129)

  Desde lo más profundo clamo a ti, Yhavé (Señor). ¿Estén atentos tus oídos al grito de mi súplica!. Si guardas memoria de las súplicas, oh Señor, ¿quién podrá resistir?. Más el perdón se encuentra junto a tío, por eso eres temido. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra.

        Las traducciones lo hacen variar mucho, en algunas se sustituye la palabra temido, por la de respetado. Aún así, dicen que es efectivo, utilizado en las situaciones similares a las mencionadas. También se invoca ante situaciones trascendentes o frente a grandes tribulaciones. En cualquier caso, que sea siempre la voluntad de Dios Padre, y no la nuestra.

 Nota: http://los-salmos.uptodown.com/descargar