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Javier Arcos Quero, imaginero en Almería

Las imágenes de vírgenes y santos. abandonan las casas camino de iglesias, tiendas de antigüedades o de almacenes. Antaño poblaban las casas, e incluso se bendecían. Eran consideradas como protectoras de hogares y establecimientos. Es una clara herencia de los hogares romanos, en donde había figurillas de deidades por todos los rincones.

Cada vez hay menos imagineros, restauradores y conservadores de imágenes, salvo los vinculados a cofradías de Semana Santa. Uno de los últimos es Javier Arcos Quero, que ha pesar de haber sobrepasado la jubilación, sigue acudiendo cada día a su taller de la calle Lope de Vega de Almería, a pocos pasos de la catedral y colindante con la calle Beatriz de Silva.

Javier Arcos Quero es natural de la localidad almeriense de Balerma, pero antes de establecerse definitivamente en Almería capital, vivió unos años en Melilla, en la calle Sor Alegria. Muchas de las imágenes que todavía llegan a su taller, se quedan ya en él. Ya no trabaja, pero sigue restaurando imágenes como afición o por compromisos con alguna cofradía o hermandad. Tampoco quiere desvincularse de modo completo de lo que ha sido su vida y profesión.

En su taller, entre recortes de periódicos, imágenes deterioradas, herramientas para la madera, pasa algunos días a la semana, concitando la atención de turistas que van y vienen de la zona histórica de Almería, repleta de conventos y otros edificios monumentales.

El pulso lo mantiene firme, así como la agudeza visual. Trabaja y repara la madera de los ornamentos de pasos procesionales. También imágenes de estuco, pasta de papel y escayola. Los puntos más frágiles de las imágenes son las manos, la cabeza y la policromía. Todo tiene solución en su taller. El tiempo sigue pasando para el mundo de las imágenes.