La iglesia del Cristo de la Salud en Málaga llama la atención por su cúpula octogonal que hace que uno se fije inmediatamente en él, pese a la estrechez de las calles del centro histórico de Málaga. La planta de la iglesia coincide practicamente con la forma de su cúpula, pues se trata de un solar muy pequeño, cedido a la Compañía de Jesús en el siglo XVI. Está situado junto a la plaza de La Constitución. La sorprendente forma de la cúpula ejerce de faro que capta la atención del visitante. Una vez dentro de este edificio jesuita de estilo barroco, construido entre los siglos XVI y XVII, sorprende la riqueza de la decoración y la profusión de imágenes, algunas de ellas de las más representativas de la Semana Santa de Málaga. La calle en donde se encuentra esta iglesia se llama Compañía, influenciada por la presencia de los jesuitas.
Sin embargo hay otro detalle que puede pasar desapercibido. Se trata de un lápida que recuerda que allí estuvo enterrado, durarte 117 años, el insigne Pedro de Mena y Medrano, hasta que su capilla, la del Cister, estuvo completamente reconstruida. Según cuenta el texto de la lápida, Mena dejó especificado en su testamento que quería reposar en la iglesia del Cister, que es en donde está actualmente, y en donde estuvo enterrado desde su fallecimiento en 1688, salvo en ese lapso de tiempo (1877-1996).
El Barroco estuvo caracterizado por el «horror vacui», un sentimiento de intranquilidad y desazón que producía el inmenso espacio vacío de las iglesias románicas. Es el miedo del ser humano a estar solo frente a su conciencia y sentimientos. El Barroco prendió llenar cualquier espacio vacio con imágenes, sensaciones, y decoración profusa. No quedaba espacio para el pensamiento libre. «Si no se deja espacio al libre albedrío, no hay hueco para el error«, decía San
Agustín. A mí, el recargamiento excesivo en la ornamentación llega a aturdirme y a asfixiarme, aunque tampoco me siento cómo con la ausencia de cualquier tipo de imagen o representación iconográfica, como promueven algunos grupos integristas cristianos.
Nota: http://www.iaph.es/web/canales/conservacion-y-restauracion/proyectos-destacados/santo-cristo.html
Has hecho una completa descripción de esta iglesia, voy a complementarla con un interesante dato. Efectivamente la calle Compañia vinculada a la compañia de Jesús, al igual que su otra iglesia, la del Sagrado Corazón, de una extraordinaria belleza exterior e interior.
En Málaga esta iglesia es conocida como la iglesia del Santo Cristo. Situada en un lugar excepcional, en pleno centro de la ciudad, sus feligreses son en su mayoría malagueños que viven en el centro. Es muy visitada desde el punto de vista turístico, por su situación y porque Mena deja huella.
Pero es también la sede canónica de la cofradia de los Estudiantes, que a su vez tiene la casa hermandad en calle Alcazabilla, frente al teatro romano de Málaga. Casa hermandad, por cierto, muy bonita, interesante de visitar, y en la tercera planta tiene un salón social que alquilan para eventos con una terraza con vistas a la Alcazaba y al teatro romano que es una maravilla permanecer en ese lugar, sobre todo de noche.
Esta cofradia de los Estudiantes, vinculada a la iglesia del Santo Cristo procesiona el lunes santo en la ciudad. Antes su sede canónica fue la iglesia de San Agustín, y los hombres de trono eran los estudiantes del colegio agustino de Málaga, de ahí su nombre. Te diré que es una de las más esperadas de la semana santa malagueña, de las más emotivas. Tiene estación de penitencia frente a la catedral, en la plaza del Obispo, donde es mecida la imagen frente al trono de la Virgen, entonando el himno.
Una visión emocionante, única, inigualable para todos aquellos que sientan la semana santa como la sienten los malagueños, con Pasión.
Has podido presenciar esto alguna vez?
La iglesia del Santo Cristo ofrece una visión más pequeña desde el exterior. El interior es bastante amplio. Su planta octogonal le dá espacio. Es muy parecida al baptisterio de San Juan Bautista en Florencia.,