Santiago 2, 14-18: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras?, ¿es que esa fe le podrá salvar?…Esto pasa con la fe: si no tienes obras, está muerta por dentro. Alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. «Enséñame tu fe sin obras y yo, por las obras, te probaré mi fe».
Ocurre a veces que uno encuentra en un libro, en cualquier lectura, una cita lo suficientemente potente y exacta, que ajusta con un momento vital específico como un guante a la mano. No tienen por qu ser citas religiosas, basta cualquier libro, una opinión o una idea bien expresada. Cuando eso ocurre ese instante queda fijado con ese libro y con esa lectura.
Yo insistiré siempre en la importancia de las obras: Por medio de la fe, cualquiera que esta sea, mucha gente ampara acciones difícilmente justificables. Por medio de ella también se evitan los remordimientos o se adormece la conciencia. Casi nadie tiene conciencia de haber obrado mal en un momento determinado. Suelo ver a menudo más de lo primero, la fe sin obras, y creo que la parte más importante de la cita es la segunda, la última:.. y yo por la obras, te probaré mi fe.
En cualquier caso, es difícil resolver esta cuestión de modo satisfactorio y definitivo.
Si en el mundo desapareciera la fe, vendría tal confusión que el hombre dificilmente encontraría sentido a su vida. La fe es todo, incluso para los que anteponen la razón. No hablo solo de la religiosidad, de Diós. Sin fe, ¿como confiarías en la fidelidad de un amigo,a, si no la has comprobado? Hay cosas que debemos creer porque no podemos ver, y digo debemos porque hay quién necesita palparlo, y la fe es el resultado de una iluminación interior, de una predisposición. Yo diría que justifica la razón.
Complejo tema, bonito para expresar y muy dificil. Claro que está muerta sin obras.
Pero que son las obras? Yo entiendo como cristiana a cumplir los mandamientos. pero y las que no se ven? las que no podemos o no queremos exteriorizar por diversos motivos. Cuantas personas ejecutan esas obras en silencio, con la caridad hacia los más desfavorecidos, o hacia los enfermos, o los indefensos, cuanto de esas obras están en nuestra vida diaria, en el quehacer de cada uno, en la agonía de una vida dura, en la lucha incansable por sobrevivir a los obstaculos que Diós te ha dado.
No estoy de acuerdo en que la fe evita los remordimientos. Cada uno sabe cuando actua mal. Judás, por poner un ejemplo tenía FE, creía en Jesús como el hijo de Diós pero él NO se arrepintió, fue peor, después de traicionarlo no pudo soportar el remordimiento y se ahorcó. Quién no tiene fe, tendrá pocos remordimientos.
El tema es complejo y llevo muchos años detrás de dar con una explicación que me satisfaga y no la encuentro. A Santo Tomás el apostol le dijeron: » Porque me has visto has creído. Bienaventurados los que si ver creyeron». Yo añado o completo la frase con esta cita, que es mía: «Dichosos aquellos que creen, a pesar de haber visto».
La conciencia como todo hay que desarrollarla y precisamente la fe religiosa, las creencias en ideologías de cualquier tipo, en una idea, en sectas; tienen mecanismos que bloquean las conciencias o los remordimientos. Anulan la conciencia del mal en su sentido amplio o del mal acto en el sentido concreto.
Solo tengo confiaza en los actos de las personas. Es muy frecuente ver que los que dicen una cosa, hacen otra y aún siguen creyendo que lo hacen por el bien común.
Sin ir más lejos, piensen en los que nos gobiernan. Tienen una ideología, un fe y ningún escrúpulo o cargo de conciencia. Se desvinculan por completo de sus actos. ¿Acaso José Mª Aznar siente algún remordimiento por haber dado el visto bueno a la agresión salvaje a Iraq, país en el que ya ha muerto un millón de personas?.
La conciencia está muy bien hecha. No creo que sea fácil bloquearla. Nos persigue, nos atormenta de por vida, ni siquiera esos que nombras, que actúan sin escrúpulos,pueden escapar de ella.
Siguiendo con la fe, recientemente leía al Dalai Lama diciendo que el budismo era para el hombre occidental, un escape de su propia religión, y él mismo aconsejaba seguir fieles a la fe de la propia cultura. Hoy día con el conocimiento y el saber que existe es impensable la idea de que somos el resultado del azár. No podemos vivir sin un pensamiento que dé sentido a nuestra existencia en la tierra. Los científicos andan buscando razones en las que no quepa la duda. Quieren entender todo lo que ocurre para poder con sus teorías controlar el mundo y su origen.
Stephen Hawkings, al cual admiro, no solo por el afán de superación personal frente a esa dura enfermedad, que arrastra desde su juventud( y que nadie se explica desde el punto de vista cientifico, cómo ha podido sobrevivir con ella más de 50 años) realizó unas polémicas declaraciones cuando presentó su último libro el año pasado,»El magnifico diseño» diciendo que «la ciencia actual no deja lugar a Diós» y añadía que él «no había encontrado nada en el universo que le haga pensar en la existencia de algo divino», o algo así. No comparto su teoría. Ellos estàn tratando de encontrar aún ese misterio por el cual se creo el Universo. Les falta una pieza en el puzzle que no pueden encajar. Y sin embargo no quieren enlazar razón y fe.
Puedo comparar la fe, al efecto que produce la visualización de un monumento perteneciente a una época pasada. La ves e imaginas como pudo ser aquel mundo, y aquella época entonces, imaginas algo que existió aunque no lo vivimos y nos recreamos en ello, damos por hecho que lo que es probable fue posible, aun sin verlo.
El mundo, el universo es demasiado perfecto para que no haya algo divino detrás de la creación. Como puedo pensar que el ciclo vital es algo solo mecánico, y que los sentimientos son producto de la ciencia. Imposible.
Pero y las obras, cuáles son esas obras?
Stephen Hawkings demuestra algo y es que el desorden siempre aumenta en el Universo. La entropía tiende siempre a hacerse más grande. Yo no creo en la creación.
La segunda cuestión es la relacionada con la conciencia,que es más fácil de bloquear de lo que parece, pero es verdad que está ahí, aunque casi nadie cree actuar mal.
Sobre las obras: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará». Mateo 6, 1-3
Las verdaderas obras permanecen siempre escondidas.
A tu primer comentario, estás rozando el borde de la metafísica. Sobre la creación del mundo no estoy capacitada para opinar. Hay tantas teorías, se han escrito tantas cosas, y parece que desde hace unos años todo apunta a que la explosión generó un universo y así sucesivamente…. pero todas adolecen de soporte científico, son meras teorías. Sería una proeza humana dar una fecha sobre el origen del mundo, no creo que el hombre de hoy pueda. Lo que sí sabemos es que nuestro universo ocupa solo un 4% de toda la matería que existe. Por lo tanto sería soberbio pensar que estamos solos.
Que apropiado el evangelio de hoy para quien haya podido oirlo. «No se enciende una lampara para cubrirla con un recipiente, o para ponerla debajo de la cama,sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado…» Lucas, 8. 16-18.
Nos invita y pide que seamos LUZ DEL MUNDO, nos advierte que no es más importante el candelero, sino la luz, y alumbrará según nuestros actos. Si ven en nosotros el amor vivo y compartido con pocas palabras entenderán. Sin el Amor al prójimo no hay testimonio.
La luz es la primera obra en la Creación de Dios.
Pero y nuestras obras cuales son?
Es lo que haces cada día, el cómo y el por qué, lo que te convierte en una buena persona o no. No puede decirse nada. Cada uno sabe lo que hace. Los actos valen por su intención, dicen los sarracenos y conforme a ella, serán tenidos en cuenta. Quien haga cosas buenas pero solo con la intención de ganar unas elecciones o la de tener una determinada recompensa, valdrán o no solo para ese fin, pero para nada más.
Las obras, las de verdad, no puede decirse, ni describirse. Alguien da una limosna, pero solo con la intención de quitarse al pobre de encima, entonces la finalidad es solo esa.
Todo es muy sutil o muy difuso.Teniendo en cuenta que cada cosa que hagamos siempre puede ser percibida de otra manera, pero eso no debe importarnos.
«De qué le sirve a alguien decir que tiene fe si no tiene obras….» te has parado a pensar que estas palabras tienen dos mil años, y sin embargo están de actualidad. De qué nos sirve atribuirnos actos de fe, y no le echamos una mano a los que nos rodean, a los que hoy día no tienen cubiertas ni sus necesidades básicas que son muchos. No podemos darle la espalda.
Como dijo Pedro: No tengo plata ni oro más lo que tengo te doy.
Yo prefiero obras, aunque falte la fe, es más, no le doy tanta importancia, porque en nombre de ella, se han hecho muchas atrocidades a lo largo de los siglos. La verdad son las obras.
Y todo estaba escrito y anunciado: «Más aún, se acerca la hora en la que quien os dé muerte piense que así sirve a Dios. Esto lo harán porque no conocieron al Padre ni a mí tampoco». Juan 16, 1-3
Decía San Pablo a los Corintios en esa carta que tanto me gusta: …si yo hablase lenguas muertas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalos que retiñe..
La conciencia. Algunos de nuestros actos del día a día acallan esa conciencia errante y ocultan sentimientos de culpabilidad, pero solo Diós conoce nuestras intenciones y nuestras verdades, por más que nos empeñemos en aparentar. Como decías arriba, la fe sin obras está muerta. Cuanto cristianismo de fariseo nos rodea, y de todas las religiones, esa doble moral en la que vivimos inmersos, pero sin hechos palpables. En estos días suscitada la polėmica de las avalanchas de inmigrantes todos buscamos una solución lo más ética posible y silenciadora de nuestra conciencia, pero cuántos de verdad, se implican? Casi nadie. Cuántos se los llevan a su casa y le ofrecen un plato de comida caliente, o una ducha, o compartir una cena con su familia? Dime uno. Nadie. Murmuramos tan solo, pero ni siquiera somos capaces de bloquear la conciencia como tu dices, porque prácticamente no hacemos nada, como te dije un día vivimos de espaldas a esa realidad. Si los cristianos o católicos, o cualquiera de nosotros, sin religión de por medio, no llevamos vida de pobreza y caridad, dando autentico testimonio de evangelización no esperarás que lo hagan los políticos de turno. Si ya es difícil para mí, como le voy a exigir a los demás. Tendrė que empezar por mí misma y eso cuesta tanto…quiero ser sincera pero nuestro mundo, el desarrollado, es el único culpable de la pobreza de todos ellos. En El evangelio de hoy, Jesús dice » cuidense de toda avaricia porque aùn en medio de la abundancia la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas..»
Pongamoslo en práctica.
Esto es similar al calentamiento global de la tierra, cada vez que sale el tema, todos se dan golpes de pecho pero nadie está dispuesto al imitar o consumir menos energía. Pués en la caridad igual, todos bla, bla, bla, y mucho discurso blandengue, pero solo creeré a aquel que vaya a la frontera, y se lleve a esos jóvenes a sus casas a darles de comer, o sea capaz de ir a algún centro de enfermos o marginados a atenderles, al CETI sin ir más lejos, darles de comer, acompañarles, o asistir los comedores sociales, me gusta ese tipo de gente que es capaz en las Navidades de sentar en su gran mesa a un pobre, a alguién que estå solo, y que visite a todos esas personas que la sociedad excluye de algún modo. El resto, las palabras son NADA, si no actuamos de que sirva tanto repertorio.
Evangelio de hoy. 31 Octubre de 2012.
…hay algunos que són los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos… San Lucas 13, 22-30.
No hay que cansarse de luchar ni de estar atentos, de dar, de compartir, de ayudar a los demás de forma deliberada, al que está al lado, al amigo, al desconocido, al enfermo, al pobre, quizás lo necesita más y no lo percibimos, cuando menos los esperemos nos llegará la hora de dar cuentas.
Evangelio de hoy. 1 Noviembre 2012.
…felices los que son perseguidos por practicar la justicia,porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos….Mateo 5.
Leí esto y me gusta:
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=content&secc=view&id=2012112110
http://www.afanporsaber.es/2012/11/%c2%bfde-verdad-estamos-solos/
Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí».
Pilato le dijo: «¿Entonces tú eres rey?». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz».
Evangelio San Juan. Domingo 25 noviembre.
Evangelio según San Lucas 21,34-36.
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre».
Evangelio de hoy,1 diciembre 2012.
Sabado, 08:10h.
Anoche leyendo una parte de las Confesiones.
«Las buenas obras son el resultado de las buenas intenciones. Y las buenas intenciones nacen de la fe» San Agustín.