Introducción a la vida devota (San Francisco de Sales)
Para que sepas en qué consiste la verdadera virtud de la devoción, porque no existiendo mas que una verdadera, y siendo muchas las falsas y vanas, si no conocieses cuál es aquella, podrías engañarte y seguir alguna devoción impertinente y supersticiosa.
El que es aficionado al ayuno se tendrá por muy devoto si puede ayunar, aunque su corazón esté lleno de rencor y, si bien no se atreverá, por sobriedad, a mojar su lengua en el vino y ni siquiera en el agua, no vacilará en sumergirla en la sangre del prójimo por la maledicencia y la calumnia. Otro creerá que es devoto porque reza una gran cantidad de oraciones todos los días, aunque después se desate su lengua en palabras insolentes, arrogantes e injuriosas contra sus familiares y vecinos. Otro sacará con presteza la limosna de su bolsa para darla a los pobres, pero no sabrá sacar dulzura de su corazón para perdonar a sus enemigos.. Otro perdonará a sus enemigos, pero no pagará sus deudas, si no le obliga a ello, a viva fuerza, la justicia. Todos estos son tenidos por devotos, y no obstante, no lo son en manera alguna.
Gentes anónimas e improvisados costaleros, en verdadera devoción.
Evangelio de Mateo: porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Los que creen en Dios reciben el don del Espíritu Santo y lo experimentan de una manera real y personal.
Por esas palabras, quién es devoto?
Una cosa es la devoción a las imágenes, y otra la devoción a Dios, esta última lleva implícita un carácter piadoso. Tan difícil de llevar y de aplicar, por la soberbia.
Sabes que San Pablo dijo, «ejercítate para la piedad». Cómo? Eso es lo difícil. Si estamos todo el día a la defensiva. Volvemos a lo de siempre…la fe sin obras. Mucha palabra, pocos hechos.
Con esta definición de San Francisco de Sales, casi nadie es devoto. Él habla de la verdadera devoción.
La verdadera devoción no se ve, y lo que se ve, no suele ser devoción, sino rito.