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             No te extrañes que te diga: Os es preciso nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene y a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu. Juan 3, 7-9

No sabemos a dónde nos conducen nuestros pasos. La vida no se detiene. Cualquier acontecimiento que se nos presente, cualquier cosa que hagamos, estará rodeado por la incertidumbre, salvo lo que está en el interior de nosotros. Confiar en los sentimientos y en la voluntad. Cuando la duda se hace presente debemos asirnos a lo que mora en el interior, aferrarnos al espíritu.  Esperar hasta que la tiniebla se disuelva, del mismo modo en que la oscuridad de la noche se desvanece con el Sol, y estar preparados para cuando vuelva a ocultarse. Detenerse frente la luz interior del ser humano, fijar la mirada en la tenue llamarada de la vela. El tiempo no puede adelantarse. A nadie le ha sido dada la facultad de conocer lo que está por delante de él.

        La creación precisa del silencio. del interior y del externo.