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                       Una imagen para el 2014

      El culto a esta imagen se inicia en los primeros años del siglo XV, 1407, en Valencia, a iniciativa del padre Juan Gilabert Jofre, que al presenciar el maltrato de un «loco» pensó en crear una residencia para enfermos mentales, a los que entonces se creía endemoniados. Por ciertas desavenencias y rencillas surgidas en la primitiva cofradía de «los inocentes y desamparados», se creó una pequeña ermita en la parte trasera de la Catedral de Valencia. La leyenda dice que un día se acercaron hasta la pequeña ermita cuatro jóvenes vestidos de peregrinos, que se ofrecieron a realizar una imagen de la virgen. Se encerraron durante dos días  en la ermita, y al no sentirse golpes ni ruidos de posible trabajos, forzaron la puerta, no estando ya ninguno de los peregrinos, pero sí la imagen de la virgen.

     Con el paso del tiempo la imagen tomó el título más amplio de Ntra. Sra. de Los Desamparados, y de aquí nace el nombre femenino de Amparo. La imagen de esta virgen llegó a Melilla con las religiosas mercedarias, procedentes de Valencia, y que fueron las primeras que se asentaron en la entonces Gota de Leche. La peculiaridad de la imagen radica en la inclinación del rostro hacia adelante, y en los dos niños que están a sus pies. Además de esta imagen, una de las más antiguas de Melilla, existe otra en la iglesia Arciprestal, traída a la ciudad en la década de 1950 o 1960, por los soldados de reemplazo procedentes de la provincia de Valencia, en donde esta imagen es Patrona.

    La hemos escogido porque pensamos que el número de los desamparados va a aumentar, y eso que ya son bastantes. El desamparo de las personas está  alcanzando los niveles de La Edad Media, justo cuando se inició el culto a esta singular imagen.