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- El Redentor, Leonardo da Vinci
- El fuego
- Ángel portador de luz
Buscar un tiempo en el que reflexionar, parar y detenerse ante todo. Hacer meditación y renovación interior, pero sin que nadie la vea. Todo lo contrario de su origen y significado, porque en épocas pasadas La Iglesia obligaba a la penitencia pública. El terrible y formidable poder temporal de La Iglesia nació así. La amenaza de las llamas del fuego eterno, ese mismo que lo convierte todo en ceniza, acechaba tanto en esta vida, como en la otra. Porque sí hay un fuego que no se extingue, un fuego que devora pero no quema, un fuego que envuelve y arde de modo constante, sin consumir aquello que le sirve de alimento.
La duda, la falta de respuestas, la ausencia de señales, el dolor por el daño causado, crean la noche oscura, de la que se adueña la angustia de la incertidumbre. Todo ese material conforma el combustible de un fuego, que al igual que el legendario «fuego griego», no se apaga ni siquiera con el agua. Hay mucho mal y convivimos con él a diário y no hay respuestas frente a nada y la angustia crece y se multiplica. Hay nuevos problemas y nuevas situaciones, pero no existen nuevas respuestas y las viejas máximas no sirven. Estamos en medio de un mundo que cambia, en donde el mal no da la cara, pero donde tampoco se le reconoce y es difícil protegerse y proteger a quienes nos rodean.
Hay entradas sobre las que luego resulta difícil escribir después, esto es, sobrepasarlas. Ha pasado un mes desde el hallazgo o reencuentro con el milagroso Cristo de La Caña, y han sucedido tantas cosas, que está resultando un esfuerzo superior a lo esperado el continuar con estos espacios abiertos. El peso de la cruz nos hace caer y luego resulta muy difícil volver a levantarse. Hay quien opta por la rendición y así queda en calma frente a la angustia. Lo milagroso es vivir frente a ella dándole cara día a día, sin saber que es lo que puede esperar al día siguiente, o qué puede deparar el futuro.
Toda nuestra estabilidad depende de un hilo o cuelga de un alambre. Un pequeño cambio en la salud, un acontecimiento familiar que trastoca nuestros planes, o un cambio laboral, en medio de un país arruinado y en crísis, puede convertir la necesidad de conseguir el dinero para el sustento familiar en una agonía insoportable.
En medio de todo eso, hay que buscar un rincón escondido y reencontrarse con la luz, en medio de un mundo que se hunde. Nos ofrecen una imagen falsa de todo.
Es difícil decir algo ante tanta profundidad y donde se percibe tanta angustia.
Solo se me ocurre, basada en mi experiencia personal y por si le sirve a alguien, que más veces de las que creemos, se puede salir de agujeros muy, muy negros.
Para ver algo claro y luego poder trasmitirlo, hay que sumergirse constantemente en las aguas de la duda, como decía Wittgenstein.
Hay varias claves aquí. La primera es que estoy en contacto con muchas historias de personas en situaciones muy difíciles, y eso hace pensar en muchas cosas. La segunda es que para poder describir ciertas situaciones o estados de ánimo, uno debe haber pasado antes por ellos, aunque sea en circunstancias y hechos distintos. La tercera y última es que en muchas ocasiones se sale de agujeros muy negros, y en otras no. Veo y conozco ejemplos de ambos casos.
Ante la preponderancia de la injusticia y del mal, uno se hace muchas preguntas, que sumergen en dudas muy profundas. Quizá sea esa profundidad de la reflexión la que te ha causado cierta sorpresa o conmoción. Te agradezco tu preocupación y consejo.
La Cuaresma es el tiempo apropiado para hacer estas reflexiones.
No era mi intención dar consejos prepotentes sobre lo que no conozco.
He dicho una tontería. Es cierto, unas veces se sale del agujero y otras no.
Este espacio pretende aportar algo nuevo. Lo normal es que apenas tuviese visitas y es justo lo contrario. Lo que se intenta es ofrecer una escalera. No puedo saber si se está consiguiendo. Ni siquiera si esto es útil.
El que nada duda, nada sabe; dice un proverbio italiano que acabo de leer.
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?