- Estampa San Juan de Dios
- San Juan de Dios, biografía
San Juan de Dios, Joao Cidade Duarte, nacido en la ciudad portuguesa de Montemor o Novo en el año de 1495, soldado de fortuna al servicio del ejército del emperador español Carlos I, en donde llegará hasta la ciudad africana de Ceuta, de la que volverá, tras abandonar el servicio en el ejército, hasta el Peñón de Gibraltar, en donde se dedicará a la venta de estampas y libros. En 1538 se establece en la ciudad de Granada, de la que ya no saldrá, salvo por una peregrinación temporal a la ciudad de Guadalupe en Cáceres; y en donde conocerá a otro santo, también Juan, el de Avila, recientemente nombrado doctor de La Iglesia.
San Juan de Dios completó una vida llena de prodigios, muy bien relatados por Ramón Pérez de Ayala. En la ciudad de Granada fundó varios hospitales, pero después de una durísima conversión y penitencia, que le llevó a ser considerado como loco. Tras su estancia en el manicomio comenzará la fundación de hospitales para desamparados. Uno de sus discípulos fue Antón Martín, quién fundó en Madrid el hospital de Ntra. Sra. del Amor de Dios, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
Joao Cidade, San Juan de Dios, murió el 8 de marzo de 1550, el mismo día de su nacimiento, pero 55 años después. La primera vez que leí algo relacionado con San Juan de Dios fue con este pequeño libro y colección de Alianza Editorial, llamada Cien porque eran cien títulos y costaban 100 pesetas cada uno. En días pasados, en una librería de libros de segunda mano en Melilla encontré esta vieja estampa de San Juan de Dios, fechada en 1985. Era la señal esperada para escribir sobre él, y encontrada unos días antes de su conmemoración.
¡Glorioso San Juan de Dios, caritativo protector de los enfermos y desvalidos! Mientras vivisteis en la tierra no hubo quien se apartase de vos desconsolado: el pobre halló amparo y refugio; los afligidos consuelo y alegría; confianza los desesperados y alivio en sus penas y dolores todos los enfermos. Si tan copiosos fueron los frutos de vuestra caridad estando aún en el mundo, ¿qué no podremos esperar de vos ahora que vivís íntimamente unido a Dios en el Cielo? Animados con este pensamiento, esperamos nos alcancéis del Señor la gracia de… si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
Cada santo o imagen lleva detrás su propia oración. esta de San Juan de Dios es buena y apropiada.