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Revestíos de la armadura de Dios para que podáis resistir las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra la carne o la sangre, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos, que están por las regiones aéreas. Por esto, tomad la armadura de dios, para que podáis resistir el día malo y permaneced firmes cuando todo se cumpla. San Pablo, Efesios 6, 11-13.
Revêtez-vous de toutes les armes de Dieu, afin de pouvoir tenir ferme contre les ruses du diable. Car nous n’avons pas à lutter contre la chair et le sang, mais contre les dominations, contre les autorités, contre les princes de ce monde de ténèbres, contre les esprits méchants dans les lieux célestes. C’est pourquoi, prenez toutes les armes de Dieu, afin de pouvoir résister dans le mauvais jour, et tenir ferme après avoir tout surmonté. San Pablo, Efesios 6, 11-13.
Hay un cierto tipo de mal contra el que no es posible luchar. Es demasiado potente para nuestras fuerzas. Está siempre presente, rodeándonos y que se activa y se acrecienta cuando intentamos detenerlo, o retrasarlo en su avance. No suele ser visible o manifestarse, pero acecha siempre. Existe una ley física que dice que cuando ponemos en marcha una fuerza, surge otra en sentido opuesto. Para vencerla hay que realizar una fuerza aún mayor.
No siempre se puede estar fuera, no siempre podemos estar dentro. Casi nunca se está a salvo, no siempre se está en descanso. Las señales vuleven a percibirse, están ahí siempre. Nos avisan y conducen en la dirección correcta, la que en un principio habíamos decidido seguir. No siempre las hacemos caso, no siempre estamos atentos. En ocasiones hay demasiado ruido y todas nos pasan desapercibidas. Todo tiene que estar en calma para escucharlas. Nuestros sentidos deben estar cerrados al mundo, y solo atentos para percibir su leve soplo. La llamada espíritu es siempre muy delicada. El morado de la Semana Santa ha dado paso al blanco. No debemos concentrarnos solo en el dolor, no debemos vivir siempre en la fiesta. Unas etapas deben dejar paso a otras. El tiempo no se detiene.
El blanco de la pureza, está aquí para dejar un espacio, como una página blanca para empezar de nuevo, y dejar que sea escrito para nuestro ángel de la guarda, el libro de nuestras vidas ..
La confianza en que todo lo que nos ocurra depende de Dios, creo que es lo único que sirve para descansar. Sin que eso signifique por supuesto, que no estemos obligados a luchar.
Luchar como si el resultado estuviese en nuestra mano, sin olvidar nunca que está en las de Dios. Algo así he leído a Küng.
Las mayores luchas, sacrificios y desgracias, se desarrollan fuera del alcance de nuestros ojos, en silencio la mayor parte de las veces. Por eso siempre es necesario confiar en algo, tener en donde asisrse, o un lugar en el que ampararse. Explicación no, porque en la mayoría de las ocasiones no la tiene.
Efectivamente el tiempo pasa y hay cosas que no tienen explicación. En la vida se producen hechos que más bien parecen sacados de cuentos fantásticos. No hay que buscar en cada momento el por qué de ciertos acontecimientos, simplemente aceptarlos como «naturales», y por qué no, disfrutar de ellos.
Sabes llegar y calar hondo.
Afortunádamente disponemos de «la armadura de Dios»
la fuerza para aceptar lo que no puede cambiar, y cambiar lo que puede ser, aunque acepta el dolor del abandono, de la soledad, el rechazo, la incomprensión … Dios me dé la fuerza aceptar su providencia divina, especialmente cuando estamos mal entendido por otros …. en la imagen de Dios en su soledad, que no ha vivido esto, al menos una vez en su vida, o más, amar es sufrir pero no nos gusta este sufrimiento, el amor sin ser amado, sólo Dios podría salir de esto …. en el silencio de su corazón , en una blanca luz;;;;…
esperar sin preguntar, es un espacio de silencio, que Dios escucha, la esperanza es una oración silenciosa que Dios sabe percibir en un susurro, no, sólo un soplo,….
El silencio es el espacio que hay entre dos pensamientos, el momento justo antes de despertar, cuando el viejo hombremurió,, para dar paso al nuevo hombre
Cuando hay algo de bueno que se va, algo de más viene para tomar el lugar,
Necesitamos,de una presencia clara, para que el nuevo viene a nos otros, con lo que trae como una lección de vida, a veces Dios da, y toma lo que él nos ha dado..
Eso, viene de la Divina Providencia….Tenemos en nuestros corazones, lo que era bueno, seamos fuertes de esta experiencia, a menudo como un luto doloroso…Podemos salir mas fuertes , y curiosamente los amigos se convierten, en hermanos, y esto, es un regalo de la providencia divinade DIOS.
Todo esto se escucha en el silencio….