Hoy es el día de Santa Mª Micaela, cuyo nombre y religiosas llegaron a Melilla en 1938, para acometer el trabajo de intentar ofrecer a las mujeres «víctimas de la prostitución», una segunda oportunidad.  De todas las discriminaciones, desigualdades, violencia y humillaciones que sufren y han sufrido las mujeres, a lo largo de toda la historia, la prostitución es la más degradante . Es una situación que se podría equiparar perfectamente a la de la esclavitud. No en vano, se califica como «explotación sexual de mujeres». Lo peor de todo es que es un gran negocio, uno de los 3 más lucrativos del mundo, junto el del tráfico de drogas, y el de armas.

       A las Religiosas Adoratrices le fue mal en nuestra ciudad, y que poco pudieron hacer ante el peso de «uno de los vicios de Melilla», como dijera Indalecio Prieto en el Parlamente español. Claro que no era el vicio solo de Melilla. Es el vicio del mundo y de la historia, la gran vergüenza del machismo y de la sociedad patriarcal. Hay una amplia ideología, un consentimiento legal, y un amparo mundial que permite, en el siglo XXI, el tráfico y la explotación sexual de personas, que afecta, en más de un 90% a las mujeres.

                             Las Religiosas Adoratrices en Melilla

     Llegaron a la ciudad en 1938, traídas de la mano de por la Institución Militar. La calle Mar Chica estaba llena de casinos y lupanares. Hoy la prostitución se extiende en Melilla por amplias y diversas zonas. Desde 1938 hasta 1955,  estuvieron alojadas en lo que se conocía como Casa del Reloj, antigua sede de la Feria Hispano-Marroquí . En 1953, con la edificación de la nueva iglesia de Santa Mª Micaela, las Adoratrices se fueron a su nuevo colegio residencia en la frontera de Beni Enzar, en donde  estuvieron hasta su marcha de Melilla en 1978. Nunca llegaron a estar en esta iglesia.

           La campana de Santa Mª Micaela, bendecida en 1953 por el obispo de la diócesis de Málaga, Ángel Herrera Oria, fue en su momento,  la mas grande de la provincia malacitana, a la que entonces pertenecía Melilla. Es una campana de volteo de 561 kilos.  Curiosamente, el colegio de las Adoratrices, mientras estuvo en la Casa del Reloj (1938-1955), se convirtió en uno de los más exclusivos, en donde recibían clases muchas hijas de las más afamadas familias de la ciudad. También sufrieron un robo sacrílego en ese lugar.

               Sin embargo, el nombre de Santa María Micaela no debe ser disociado del motivo al que su fundadora quiso dedicar sus esfuerzos y empeños. La conocida como iglesia de Santa Mª Micaela en el Barrio de La Victoria, no alo´jó nunca a las Religiosas Adoratrices, pese a haber conservado su nombre. Es el campanario más alto de toda la ciudad, y diría que hasta el único, pues fue concebido y diseñado como tal. El resto de las iglesias tienen espadañas y torres, pero solo esta campanario.

                              Mujeres, crisis y prostitución

          En cualquier acontecimiento de la humanidad, crisis sociales, económicas, guerras, las más perjudicadas son siempre las mujeres. Las calles de la ciudad se están llenado de mujeres que ejercen la prostitución, desde el Real, hasta el mismísimo  centro de la urbe, y no sólo proceden del país vecino. La pobreza aumenta y los que hacen negocio con ella, también. De todo esto no se libra país alguno. Melilla vive en una zona limítrofe con la misera, por lo que el tráfico y explotación de mujeres es una realidad constante.