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Hace justo un año que monseñor Buxarrais, obispo emérito de Málaga, puso fin a su dilatada etapa de capellán en el Centro Asistencial, por causa de una enfermedad cardiaca. Un año antes, el 15 de septiembre de 2015, había cumplido 25 años de estancia en Melilla, tras su renuncia al cargo de obispo titular de la Diócesis de Málaga en 1991. En el corto espacio de tiempo que supone un año, pueden cambiar mucho las cosas, tanto que nada podía anticipar un final así.
Los cambios en la Iglesia de Melilla
En este mismo tiempo, también un año después, se ha producido el relevo en la Vicaría Episcopal de Melilla, con la salida de Roberto Rojo, y la llegada de Eduardo Resa Huerta, desde la ciudad de Vélez-Málaga, en donde apenas había estado dos años. El vicario saliente es uno de los últimos sacerdotes ordenados por monseñor Buxarrais como Obispo de Málaga. De algún modo u otro, todo se relaciona. Esa rápida salida del ahora nuevo vicario melillense, no ha causado buena sensación en la importante ciudad malagueña, en donde ya era muy apreciado.
La Iglesia se mueve con mucha lentitud en algunas ocasiones, o demasiado rápido en otras, al menos en lo relacionado con los nombramientos, que a veces causan mucha inquietud en la feligresía. En ningún caso La Iglesia explica o motiva sus decisiones.
La salida de monseñor Buxarrais provocó que una iglesia más, se quedara sin culto en Melilla, la del Centro Asistencial. En todos los años en que estuvo residiendo allí, él mismo se hizo cargo de los oficios religiosos. Para ello, y en una de sus últimas decisiones como obispo, retiró a los Padres Paúles de la capellanía, para luego poderse hacerse cargo de ella
Los referentes religiosos de Melilla
Los referentes religiosos de la ciudad se desvanecen o desaparecen por completo. El principal pilar de la Iglesia en Melilla lo constituían los Padres Capuchinos, presentes en la misma desde su conquista en 1497. En las postrimerías de 2004 anunciaron su intención de abandonar la ciudad y la llevaron a cabo de modo casi inmediato, en enero de 2005. La segunda gran desaparición se produjo en noviembre de 2011, cuando las Hijas de la Caridad abandonaron el Centro Asistencial (en el que estaban casi desde su fundación) también de modo sorpresivo, aunque con mucha más celeridad que los frailes Capuchinos.
En este caso sí se pudo detectar la presencia del «hacha de Elías» del episcopado malacitano, porque tras la precipitada salida de las monjas, los Padres Paúles abandonaban sin explicación alguna la dirección de la parroquia de San Agustín, que es de fundación Paúl. Con ellos también cayeron las Damas y Luisas de Marillac, que estaban a cargo de la guardería del barrio del Real, siendo sustituidas por la Fundación Victoria, entidad perteneciente al Obispado.
Hay una cosa clara, y es que el episcopado no ha podido hacerse cargo de todo lo que antes cubrían estas órdenes, pese a su ambicioso plan lanzado en 2011, con la llegada de Roberto Rojo. En Melilla ya hay carencias importantes en materia de oficios y asistencia religiosa. Las misas se han reducido casi a la mitad. Solo la parroquia castrense de la Inmaculada Concepción no ha notado la crisis, pero es porque su Diócesis es distinta. Los muy queridos y apreciados Paúles aguantan en su comunidad y única parroquia, pendientes eso sí, de que el «hacha de Elías» pueda volver a alzarse. En realidad, nadie está a salvo de ella, pues gira en 360º y cambia el sentido de derecha a izquierda.
A cualquier pregunta o consulta ya sea escrita o verbal, que se dirija al episcopado de Málaga, mediante los conductos reglamentarios, la respuesta es siempre el silencio, sepulcral, pétreo, eterno. Podemos ver, observar, dar cuenta, interpretar, pero nada más.
Los que fueron vicarios en Melilla
En la Iglesia no existe la expresión: «con el reconocimiento de los servicios prestados», por lo que hay que interpretar la evolución de los nombramientos de los que fueron vicarios en nuestra ciudad, para saber si su carrera es ascendente o declina. Antonio Ramos Ayala fue Vicario el Vicario melillense hasta el año 2005. Tras su marcha siempre estuvo en parroquias de la capital, llegando a ser vicario de la parroquia de Los Santos Mártires (Ciriaco y Paula) patronos de Málaga. Sin embargo en 2013 fue enviado a Villanueva del Trabuco, del Rosario de Cauche y Salinas, de donde parece no ha salido. Esto parece un abrupto declinar.
Más difícil de interpretar es el más reciente nombramiento del también muy conocido vicario melillense Lorenzo Orellana Hurtado, muy incardinado en la capital tras su relevo en nuestra ciudad. La última decisión episcopal lo envía de párroco a Antequera, que aunque alejada, es una ciudad muy bien comunicada con Málaga. Lorenzo Orellana se mantiene en un nivel intermedio alto sacerdotal. Hasta el momento es también miembro del Consejo presbiteral de la Diócesis. Antequera es la ciudad eclesial de Málaga por excelencia, con parroquias catedralicias. Se podría decir que aunque algo más alejado de los pasillos curiales, mantiene el nivel.
El que prosigue en un lento pero firme ascenso hacia la Curia episcopal es el también vicario Manuel Jiménez Bárcenas, nombrado como arcipreste de Fuengirola-Torremolinos en 2014, a cuyo arciprestazgo camina en salida, nuestro último Vicario, Roberto Rojo.
Un poco fuerte. Tanto movimiento eclesial llega a inquietar a los fieles.
Primero se fueron las Madres Desamparados de San José de la Montaña. Estaban en la Gota de Leche desde 1914.
Después marcharon las Madres Adoratrices, presentes en Melilla desde el año 1938.
Después cerraron las Monjas del Servicio Doméstico, fundando en el Monte Mª Cristina.
Años más tarde, como una interminable letanía cierran las Hijas de la Caridad del Hospital Militar; la Comunidad de Hijas de la Caridad del Hospital de Cruz Roja; y la Comunidad de Hijas de la Caridad de San Agustín, dejando la guardería en manos del Obispado de Málaga. También la Comunidad de Hijas de la Caridad, asentada en un piso de los Grupos Gómez Jordana, en el Real.
Luego la marcha de los Capuchinos; la salida de las Hijas de la Caridad de la Gota de Leche; de los Padres Paúles de San Agustín; y finalmente la marcha de Monseñor Buxarrais a Málaga.
¡Como si de una plaga bíblica se tratara!
Aunque la versión oficial es la falta de vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa.
Cuando surge la explicación oficial, o sea «falta de vocaciones «, es que ha actuado el hacha de Elías. Hay algunas desapariciones que se explican, como la de monseñor Buxarrais, pero otras no; como la poda de los Paúles o la marcha de los Capuchinos. Melilla sigue siendo territorio de misión. Solo observamos y hacemos algunas preguntas
Conozco a los Capuchinos desde hace muchos años. La falta de vocaciones es evidente. Ésa fue la causa de la clausura de Melilla. Pero también Moguer; Haza Grande; Canarias; y suprimidas las comunidades de Capilla de San José en Sevilla y la de Jerez de la Frontera. Esto a nivel de Andalucía. Respecto al resto del territorio nacional, no se ha salvado ni Valladolid. Aquí «el hacha de Elías», no ha intervenido.
Y yo me alegro de la marcha de los Capuchinos de Melilla. Así se lo hice saber a Fray Fernando Linares. Quienes conocieron el conventico, pueden dar testimonio de que vivían en paupérrimas condiciones. Y eso no es pobreza, sino miseria.
Esto ya es otra cuestión. Demasiados años de abandono en esas dependencias. Yo las visité cuando todavía eran las de la comunidad. Yo también me alegré de la marcha de Buxarrais. Las condiciones ambientales en las que vivía, no eran dignas de un sacerdotes, ni de alguien de su categoría.
Ahora vive con la dignidad requerida en Málaga, rodeado de un ambiente de fe y de virtudes cristianas.
He visto pueblos, barrios, firmar hasta el último, para evitar el traslado de un párroco y la Iglesia no ha cedido. También he sido testigo de lo contrario, de como esa misma Iglesia mantenía a un sacerdote en contra de la opinión de todos. La Iglesia es comunidad, y la comunidad hace iglesia.
Claro que causan inquietud los cambios, y también el silencio pétreo de la Iglesia, que es jerárquica, pero también debe ser participativa. No es que siempre haya que hacer caso a lo que piden los fieles, porque pueden estar equivocados.
Gracias Hospitalario por contar estas cosas, y crear este lugar.