La cúpula del Centro Asistencial de Melilla
La religión egipcia estaba fundamentada en torno al Sol, o al disco solar. Era considerado un astro mágico desde la antigüedad. El caso es que los templos se construían con una determinada orientación, dirigida siempre hacia el Sol, de manera que en un determinado día, la luz del amanecer entraba en línea recta por la puerta del templo y lo llenaba con su luz hasta el mismo fondo. Esto sucedía durante un corto espacio de tiempo y solo una vez al año (cuando la Tierra repetía posición con respecto al Sol), se reproducía ese instante mágico.
Cuando el templo cristiano está bien orientado, el eje principal debe estar en la dirección Oeste-Este, con la cabecera (el presbiterio) vuelta hacia el Este, mientras que el eje menor, el de los brazos del crucero, deben estar situados en la dirección Norte- Sur. La luz del amanecer debe entrar por el ábside y caer sobre el altar, mientras que la del ocaso debe entrar por la puerta de la iglesia e iluminar el fondo. Las iglesias góticas incorporaron «la roseta», para que en el ocaso recibieran la luz del Sol y se desplegara sobre el espacio de culto en una cascada de colores. Un solo día al año la luz del sol atraviesa el templo marcando de modo exacto el eje Oeste-Este. Cuando el templo estaba dedicado a un determinado santo o advocación, para trazarlo se esperaba al día del titular al que se consagraba el templo. Se colocaba una estaca en el suelo y se esperaba a que la luz del sol amaneciendo delimitase el eje principal. El medio día era el punto exacto en donde debía reposar el centro de la cúpula y luego se trazaba la orientación de los brazos del crucero, llamados de la epístola(izquierda) y del evangelio(derecha).
Existía pues una orientación general, Oeste-Este y una específica, con el eje marcando la posición del día al que se dedicaba la basílica o templo. Claro que esto solo era posible cuando existía suficiente espacio físico para colocar el templo en el modo adecuado. En los templos de nueva edificación, estos se debían adaptar al espacio disponible.
Solo un día al año, la luz solar crea en los templos instantes mágicos. Los templos cambian mucho según el momento en el que se esté en ellos. Cada instante es único, no se repite. Hay que ir muchas veces, de modo constante, esperar y cualquier día, ese momento se produce y ya no se repetirá más.
El Centro Asistencial de Melilla tiene una cúpula o cimborrio de estilo gótico, muy esbelto, pequeño pero diáfano. Las nervaduras dibujan una estrella de ocho puntas, las mismas que ventanas, que en el ocaso dan una luz muy singular al templo. En el pasado, los cristales tenían una decoración que imitaba a las vidrieras. Es la única cúpula de Melilla ( exceptuando la del templo patronal) y es la más luminosa de todas. También tiene un roseta sobre la puerta de la iglesia.
Muy interesante todo lo que cuentas en esta entrada. Había leído lo de la orientación respecto al sol en la cultura egipcia, pero desconocía lo de los templos cristianos. Cuál es ese día del año único que la luz del sol crea instantes mágicos.
Totalmente de acuerdo lo que dices que los templos cambian según el momento que acudas a ellos. Esto no solo a nivel de luz también a nivel espiritual. Cada visita conlleva una situación, una necesidad de amparo, de silencio o de oración.
Si el templo o la iglesia esta orientado en el eje Oeste-Este, un día al año la luz del Sol atraviesa la iglesia en la misma orientación del templo. Este ocurría con las iglesias antiguas, que se construían buscando esa orientación. Hoy muchas de ellas han quedado encerradas entre los edificios y ya no se produce esa circunstancia.
Los musulmanes también orientan sus templos. Las iglesias que anteriormente fueron mezquitas conservan la orientación, que en España coinciden en la direccíon Este-Oeste.
Descubrí este lugar por las indicaciones de Pepe Vacca, en 2007, quien me abrió la puerta hacia un mundo que desconocía, y al que no había prestado atención, el de los templos y de la religión en Melilla. Él murió al año de conocerle, pero puede decirse que la senda que sigo actualmente, en este aspecto, es obra suya.
Nunca es tarde para descubrir algo diferente. Me alegro que te guste ese camino, es mundo amplio y mucho por encontrar.
Reflexión al evangelio jueves 6 noviembre,
«Yo comienzo la oración siempre por el silencio. Pues es en el silencio del corazón donde habla Dios. Dios es amigo del silencio y debemos escucharle porque lo que cuenta no son nuestras palabras sino lo que él dice, y lo que dice a través de nosotros. La oración nutre el alma: lo que la sangre es para el cuerpo, es la oración para el alma. Nos acerca a Dios, purifica y limpia nuestro corazón.
Una vez purificado el corazón podemos ver a Dios, hablarle y descubrir su amor en la persona de cada uno de nuestros hermanos humanos. Si vuestro corazón está puro, vosotros seréis transparentes en la presencia de Dios, no disimularéis nada, y entonces le ofreceréis libremente lo que él espera de vosotros.»
Teresa de Calcuta,
Camino de sencillez, cap. 7
Me encanta tu comentario sobre la orientación de las iglesias de Melilla y la luz que penetra a través de sus ventanales. Lástima que no se orientaran según los cánones. Me gustaría ver sobre un plano las siluetas de los templos melillenses, su orientación actual y la que en realidad tendrían que ofrecer para cumplir con la norma del celebrante oficiando hacía el lugar donde nace el Sol. Recuerdo el rayo de luz que, penetrando por uno de los ventanales de la iglesia de los Capuchinos de Antequera, se posaba sobre la puerta de plata del sagrario, destellando mas su luz. Misterios de la naturaleza.
En la capilla del Centro Asistencial lo que hay es ¿cúpula?, o es cimborrio. No lo sabría decir.