- luces encendidas
- la salida
Carta de Santiago
Hermanos míos: tened por sumo gozo cuando os veáis envueltos en diversas tentaciones, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce la constancia. No os engañéis hermanos míos, queridos. Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanzas, ni sombras, ni variación.
Lo que debe ser hecho, no puede ser ya retrasado. Hay cosas que no se escogen, porque vienen dadas. Hay cosas para las que somos escogidos y tampoco pueden demorarse. ¿Entrar o salir, quedarse o abandonar el refugio?. A veces no hay tiempo para decidir. Hay poca gente aquí dentro y nadie parece esperar fuera. Nunca estamos del todo solos, nunca lo suficientemente acompañados. Nos vamos ya. Escribir aquí no es fácil.