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Tened ceñidas las cinturas y encendidas las lámparas. Lucas 12, 35
En los templos antiguos siempre había alguien encargado de mantener encendida la lámpara. En la mañana, en la tarde, recorría todos los lugares del templo, en busca de las lámparas y lucernas para llenarlas de aceite. Es un trabajo simple pero constante. Requiere una dedicación, un cuidado, cierto cariño en la tarea, como cualquier otra que se quiera llevar a cabo. Siempre hay paradojas, pues una pequeña lampa ilumina mucho en la oscuridad de la noche, y su luz se mantiene viva aunque el aceite esté a punto de acabarse. Ofrecen una luz muy definida, que sirve de guía pese a su pequeño tamaño. Sin embargo, cualquier cosa puede apagarlas, aunque sea una leve corriente de aire, o llegar un poco tarde a su cuidado. Hay también personas que se dedican a buscarlas y apagarlas, pues prefieren que las gentes caminen entre las tinieblas. Es una labor que requiere poco, y a la vez mucho, porque no sirve cualquier luz.
Apenas entra nadie aquí, aunque leen muchos más de los que comentan, que son pocos. Pese a todo, la lámpara seguirá encendida, para quien quiera verla.
En la misa de Pascua de Resureccion, en la madrugada del Sábado de Gloria, parte de la celebración, es sólo con la iluminación de las velas encendidas que cada uno porta en su mano. Después tras el evangelio, se suelen apagar. Tengo esos recuerdos y me gusta esa tradición.
La Orden de Servitas también lleva a cabo sus rezos y oraciones tan sólo con la luz de las velas. Como veo que te gusta eso, te lo cuento. No imaginas la diferencia que existe, en una iglesia como San Felipe Neri, iluminada sólo con velas, ante la imagen de la Dolorosa. Para quién le guste esas cosas, hay que vivirlo para entenderlo.
La lámpara encendida hospitalario…Siempre buscas esa luz que te guíe. Hay que estar muy pendiente que esa leve brisa de aire no extinga la débil llama.
No es una labor simple. Hay que vigilar las lámparas casi todos los días, estar pendientes de ella, tanto las de cera o aceite como las eléctricas. Hay una luz que solo le sirve a uno, y a los que le rodean, y para muchos eso es suficiente y no busca otra cosa. Hay muchas maneras y muchos caminos. Nada es fácil, y menos cuando nos enfrentamos a una oscuridad mucho más densa de lo que nadie sea capaz de imaginar. Se puede tener el mismo rumbo, pero no necesariamente el mismo camino, entre otras cosas porque se parte desde puntos distintos.
Me gusta este comentario en esta entrada y ahora, por dos cosas. He vuelto a leer esas cosas de Servitas que ahora estoy reviviendo de cara al próximo viernes de Dolores y al Viernes Santo. Y por eso que escribí…siempre pendiente de que la débil brisa no extinga la llama.
Las entradas, para que permanezcan y atraviesen el tiempo, deben tener las menos referencias temporales posibles. Los datos específicos anclan los escritos al momento en que se escriben. Si algo se define, se pierde.