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¿Qué son los salmos?
Son una recopilación de invocaciones y plegarias a Dios, realizadas en diversos momentos y situaciones. En principio eran oraciones cantadas en alabanza a Dios. Aparecen por primera vez en la tradición hebrea, atribuidos al Rey David, aunque parece claro que recogen tradiciones e influencias de diversos lugares, como Egipto, de la etapa monoteísta de Atón, que fue posteriormente laminada y considerada herética. El nombre por el que nosotros los conocemos, salmos, procede del término griego salterio, que era el instrumento musical con el que se cantaban o recitaban. La influencia griega en la zona fue determinante. Los evangelios y todos los textos del Nuevo Testamento fueron escritos originalmente en griego. Los salmos llegaron a Europa con la traducción griega del original hebreo.
Los salmos tienen título, que puede referirse a parte del texto, pero no llegan a contenerlo, y a veces ni siquiera hacen mención a la parte más importante. Este recurso literario de colocar un título que antecede al texto religioso, se verá muchos siglos después en El Corán, en el que la totalidad de sus 114 suras (cada una de las partes en las que está dividido el texto coránico), tienen un nombre propio.
De profundis. Salmo 129
Desde lo más profundo clamé a ti, oh Señor. Oye, Señor, benignamente mi voz. Estén atentos tus oídos a la voz de mis plegarias. Si te pones a examinar, Señor, nuestras maldades, ¿quién podrá subsistir, oh Señor, en tu presencia.
Plegaria en el dolor. Salmo 12
¿Cuánto tiempo andaré yo cavilando conmigo mismo, penando mi corazón todo el día?. Vuelve, Oh Señor Dios mío, vuelve tu vista hacia mí y escúchame benigno. No sea que alguna vez diga mi enemigo: He prevalecido contra él. Los que me atribulan, saltarán de gozo si me ven vacilar.
«Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.»
Fíjate que hace una semana leí este salmo tras la primera lectura y lo anoté porque me llamó la atención. Corresponde al domingo 27 de Octubre. Ahora leyendo esta entrada lo he rescatado. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha. Algo así nos viene a decir.
Hay salmos muy potentes, muy apaciguadores, para quien quien quiera aceptar ese tipo de bálsamo. Algunos inquietan.
Este es el único que sabía y que me gustó.( de los Salmos).
El evangelio de hoy: … cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!».
Fuerte el mensaje. Busca el salmo que lo complemente, tú que estàs puesto.
Han pasado 15 días desde que salimos de aquí. El frío y el invierno se acerca de nuevo y los lobos volverán a descender al valle.
Lo que no impide por tanto, abandonar este lugar. Precisamente es una plataforma que creaste para refugio de «esos lobos» y del mundanal ruido. Aún hay muchos temas que esperan, artículos por escribir y pensamientos que expresar.